Definición de Coartada
En el lenguaje corriente una coartada es un argumento que sirve a alguien para no asumir su responsabilidad con respecto a algo. En este sentido, hay que diferenciar dos tipos de coartadas: aquellas que son verdaderas y las que no.
El uso cotidiano de coartadas
En ocasiones podemos ser acusados por alguien de haber cometido una irregularidad. Si dicha acusación es falsa, puede ser muy útil tener una prueba que demuestre nuestra verdad y, por lo tanto, la coartada que presentamos es la prueba o el dato que pone de manifiesto la falsedad que se nos atribuye. La coartada sincera pretende refutar una mentira o que se propague un rumor falso sobre nosotros.
Con frecuencia, la coartada se utiliza como una pequeña mentira para eludir algún compromiso social. Si alguien nos invita a una fiesta y no queremos ir porque no nos apetece es probable que digamos una mentira piadosa, es decir, una excusa que sirve como coartada (por ejemplo, en este caso podríamos decir que tenemos obligaciones familiares que nos impiden asistir a la fiesta). Las coartadas como mentirijillas son muy habituales como excusas o pretextos que nos permiten no hacer lo que no nos apetece, ya que la alternativa contraria (decir «no me apetece») puede resultar ofensiva y poco diplomática.
La coartada en el ámbito legal
La distinción entre coartada falsa y verdadera es aplicable en el contexto legal. En el Derecho Penal, una coartada es una prueba que pretende demostrar que alguien acusado de un delito no ha intervenido en él.
Las coartadas falsas tienen el peligro de ser desmontadas y, por lo tanto, para que sean viables deben planificarse con astucia y de tal manera que parezcan verosímiles. Por este motivo, algunos delitos van acompañados de una estrategia orientada a borrar las pruebas acusatorias, es decir, se inventa una trama que sirve como coartada.
El concepto de coartada desde una óptica legal es determinante, pues puede ser decisivo en una acusación y, en consecuencia, servir para que alguien no entre en prisión. Hay que tener en cuenta que también podría darse el caso de no haber cometido un delito pero, al no disponer de una coartada al respecto, ser acusado de manera infundada.
En la lucha contra el crimen hay un esquema general: los delincuentes necesitan coartadas y la policía necesita demostrar la falsedad de las mismas. Esta dinámica es como una batalla, en la que unos mienten y manipulan y otros intentan conocer la verdad.
Trabajo publicado en: Jul., 2015.
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