Definición de Computación Cognitiva
Periodista esp. e investigador
La capacidad de cálculo en bruto de una computadora se está acercando, cada día más, a la que presenta un cerebro humano, por lo que en algún momento, a alguien, se le tenía que haber ocurrido: ¿y si aprovechamos esto para imitar con una computadora como trabaja un cerebro humano?
La computación cognitiva es una disciplina de la computación que toma como guía la forma de trabajar del cerebro humano para resolver problemas computacionales.
Si bien la inteligencia artificial a la que estamos más acostumbrados no deja de consistir en una serie de algoritmos que se ejecutan sobre computadoras convencionales (muy potentes, eso sí), en el caso de la computación cognitiva vamos a referirnos a un conjunto de hardware y software que imita, como un todo, el funcionamiento del cerebro como órgano, es decir, como se interrelacionan las neuronas.
Si los humano tenemos sentidos (como la vista, el tacto, el oído) que nos permiten recibir información del mundo para su posterior procesamiento, las computadoras cognitivas también poseen sus “sentidos”, en forma de cámaras, micros y sensores.
Esto les permite captar información del exterior. El procesamiento de esta se lleva a cabo mediante computadoras de gran potencia cuyo software trabaja con el lenguaje natural.
Con ello, la computación cognitiva echa mano de diversas ciencias dentro de la computación: reconocimiento de imágenes, de sonido, inteligencia artificial, razonamiento probabilístico, o aprendizaje automatizado, entre otras.
Una condición indispensable que debe cumplir cualquier computadora cognitiva es el aprendizaje.
Una inteligencia artificial debe ser capaz de enfrentarse a problemas para los que no ha sido preparada ni programada. Solo entonces podremos decir que es “inteligente”, y lo va siendo más a medida que pasa el tiempo y la llenamos de más “experiencias”.
Pongamos por ejemplo el concepto de árbol; una computadora, por sí sola, es incapaz de saber qué es un árbol, aunque se lo podemos “enseñar”. En este caso, lo haríamos por reconocimiento de imágenes.
Y deberíamos hacerlo con cuantas más imágenes mejor, para que en el futuro, y al captar la imagen de un árbol que no haya sido procesada con anterioridad, por comparación podrá “discernir” qué aquello es lo mismo que ya le han enseñado mil veces.
Los humanos, de hecho, aprendemos así; tal vez al ver por primera vez una nueva especie de árbol, no sepamos cual es exactamente, pero aún así, sabremos que es un árbol. El proceso por el cual nuestro cerebro llega a esta conclusión es el que busca imitar la computación cognitiva.
Para poder enfrentarse a este reto, la computadora cognitiva debe poder lidiar con la disciplina del análisis de datos no estructurados.
¿Y cuáles pueden ser las aplicaciones de la computación cognitiva? Pues debido a que permite a la computadora “comprender” la comunicación y su contexto (pongamos el lenguaje no verbal de las personas), un sistema cognitivo podría desempeñar la función de traductor multi-idioma en tiempo real, pudiendo distinguir aspectos del lenguaje (como dobles sentidos o bromas) y transmitirlos en sus traducciones o, por lo menos explicarlos y aclararlos al interlocutor para que no existan malentendidos.
Foto: Fotolia – itskatjas
Trabajo publicado en: Ene., 2018.
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