Definición de Contemplación
La palabra contemplación es usada en nuestro idioma con diversos usos.
Atención cuidadosa que se le dispensa a algo o alguien
Cuando se quiere expresar la atención cuidadosa que alguien le presta a una cosa se lo expresa en términos de contemplación.
“Gracias a su persistente contemplación pudo descubrir que la planta no estaba creciendo como lo previsto.”
Trato atento
Por otro lado, también la palabra contemplación la usamos para dar cuenta del trato amable y atento que se le da a un individuo.
Generalmente los seres humanos accionamos con estas características cuando la persona en cuestión forma parte de nuestros afectos o bien cuando por x razón es importante ser cordial con él.
Meditación del espíritu
Y a instancias de la religión, la contemplación implica aquella meditación del espíritu que se destaca por su profundidad y ensimismamiento.
Este concepto suele usarse como sinónimo de meditación.
En la contemplación de estas características el ser humano debe llegar a un silencio mental que es el que lo posibilitará a alcanzar la contemplación.
Concentración, la clave de una buena meditación
Lo primero que hay que hacer para conseguir ese silencio es desprenderse de las sensaciones y de los pensamientos que normalmente nos abordan y asestan sin parar.
En tanto, entre las maneras más sencillas y rápidas de conseguirlo se cuentan la meditación y la oración en silencio, es decir, aquella que va por dentro.
Ahora bien, pero en algunas situaciones es bueno que la oración y la meditación no vayan solas sino que aparezcan acompañadas por algunas lecturas especiales que van preparando e instando a la persona a seguir en el silencio, al mismo tiempo que le muestran diversos ejemplos de individuos que lograron alcanzar ese estado tan particular.
La principal consecuencia de la puesta en práctica de esta actividad será el absoluto desapego de las cuestiones materiales.
Si bien mencionamos a la religión, cabe destacarse, que esta meditación profunda es practicada asimismo por diversas creencias y ritos y también desde los tiempos más remotos de la humanidad.
Chamanes, brujos de tribus, monjes, maestros zen, gurúes de la India, entre otros, son algunos de los que llevan a cabo esta actividad de manera recurrente.
En el caso de la religión cristiana, la contemplación, presenta un objetivo concreto que es el de concientizarse de las cuestiones sobrenaturales que pregona la religión y por supuesto centrarse en la figura de Dios.
Cualquier creyente, es decir, un laico, un sacerdote, entre otros, pueden practicar la contemplación cristiana.
Un antídoto efectivo contra el estrés
En la actualidad, como consecuencia de la rapidez con la cual solemos vivir las personas y del acecho del estrés que se produce en respuesta por querer vivir tan rápido, ha cobrado mucha presencia en la sociedad occidental la práctica de la meditación, una técnica milenaria y que viene siendo empleada con especial predilección y extensión por parte de la filosofía oriental, especialmente el Budismo.
La meditación como la conciben en esta cultura y hoy, implica el control de la mente con la misión de llevarla hacia un estado de conciencia especial y que reporta grandes beneficios justamente para males como el estrés, la angustia, la ansiedad, entre otros.
Está probado que tiene mucha eficacia en este sentido y así es que se fue extendiendo su práctica por todo el mundo occidental, que antes observaba a la misma como una rareza.
Hoy es muy común que la gente se acerque a centros de yoga u otros establecimientos que ofrecen la práctica de la meditación, enseñan a realizarla efectivamente para poder disfrutar de sus impresionantes beneficios.
Para la que la meditación sea efectiva es importante la concentración, es decir, lograr un estado en el cual esta sea total y la mente se libere de cuestionamientos pasados, presentes y futuros, y que la atención solamente se enfoque en un objeto único, puede ser Dios o cualquier otra cuestión, como por ejemplo la respiración, que es una técnica muy usada por estos tiempos en relación a la meditación.
Respirar hace de puente entre mente y cuerpo.
Se recomienda, para lograr una meditación exitosa, ubicarse en un espacio tranquilo, cerrar los ojos, y empezar a respirar lentamente, haciendo que cada vez la inspiración y la exhalación sean más largas.
Cuanto más larga sea la respiración mayor relajación se obtendrá.
La clave está en concentrarse solamente en respirar lento y largo, liberando a la mente de cualquier pensamiento, de esta manera se liberarán los niveles de estrés de modo efectivo.
Trabajo publicado en: Mar., 2013.
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