Definición de Cronómetro

Un cronómetro es una variante del reloj tradicional. Su función es medir el tiempo pero con una precisión mayor que la del reloj. Tanto uno como otro pueden estar en un mismo dispositivo, pero mientras el reloj permite saber en qué momento del día nos encontramos, el cronómetro tiene la función de medir el tiempo con exactitud.

El origen del término

La palabra cronómetro está formada por dos términos, crono y metro

El vocablo crono proviene de la mitología griega, concretamente de Crono, un titán que descendía de Gea y de Urano y que era el patrón de las cosechas y que en nuestra civilización es considerado como el símbolo del tiempo. Por otra parte, el término metro viene de metrón, que quiere decir medida. De esta manera, su significado etimológico se corresponde con el uso que se hace de él en la comunicación.

El uso de los cronómetros

Podemos utilizar un cronómetro en circunstancias muy diversas: para controlar el tiempo de estudio, para medir un procedimiento relacionado con la tecnología o en relación con la actividad deportiva. Por otra parte, este medidor del tiempo tiene dos variantes: la manual o la eléctrica. Esta distinción es importante, ya que el cronometraje manual no es 100% preciso y solo un crono eléctrico puede garantizar la medición exacta del tiempo.

El cronometraje en el atletismo

En las competiciones de atletismo es necesario establecer la marca de los atletas con total precisión. La exactitud del tiempo tiene una doble función: determinar con precisión la clasificación de los competidores y establecer el ranking de manera rigurosa y sin margen de error. Cuando no existían los cronómetros electrónicos, en las competiciones atléticas los jueces tenían que usar el crono manual, lo cual generaba un margen de error excesivo, pues hay que tener en cuenta que en algunas carreras las décimas y las centésimas pueden resultar determinantes.

La idea de cronometrar las carreras fue incorporada en el siglo XVlll y esta práctica se aplicó también a las carreras de caballos

En los primeros años del siglo XX las competiciones de atletismo incorporaron cronómetros bastante precisos (las marcas se ajustaban a 1/5 de segundo). Este avance en la medición resultaba insuficiente y, de hecho, en los Juegos Olímpicos de 1932 en Los Ángeles hubo una fuerte polémica en algunas competiciones de velocidad. A finales de la década de 1930 el cronómetro electrónico se incorporó a los Juegos Olímpicos para las competiciones atléticas y para todos los deportes en general.

En las carreras populares que se organizan en la actualidad los corredores suelen llevar un chip incorporado a su zapatilla que permite establecer un sistema de cronometraje preciso y a través del cual es posible llevar un control de la marca obtenida y de la posición en la carrera (este aspecto es relevante si tenemos en cuenta que hay competiciones con miles de participantes).

Fotos: iStock – lovro77 / Image_Source_