Definición de Dependencia
Licenciada en Psicología
Se podría pensar que la dependencia representa un límite a nuestra autonomía personal. Su influencia puede variar entre una función más facilitadora y funcional y otra más disfuncional y paralizante. La clave radica en evaluar si esta dependencia nos capacita para adaptarnos de manera eficaz a nuestro entorno o si, por el contrario, nos impide hacerlo. Explorar el delicado equilibrio entre estos dos extremos nos permitirá comprender cómo la dependencia puede moldear nuestra capacidad de acción.
¿Cuándo la dependencia es funcional?
La dependencia adaptativa es un aspecto normal del desarrollo humano. Al principio de nuestras vidas, necesitamos depender de los demás para nuestra supervivencia y bienestar básico. A medida que crecemos, esta dependencia se transforma en una interdependencia saludable en la que buscamos apoyo emocional, orientación y recursos de otras personas y de la sociedad en general.
La dependencia se considera adaptativa cuando se da en un equilibrio adecuado. Por ejemplo, en la infancia, los niños dependen de cuidadores para satisfacer sus necesidades básicas y aprender habilidades fundamentales. A medida que crecen, gradualmente se espera que desarrollen habilidades y competencias que les permitan tomar decisiones de manera autónoma y cuidar de sí mismos.
Sin embargo, cuando la dependencia se prolonga más allá del tiempo necesario o se vuelve excesiva, puede limitar desarrollo individual y volverse disfuncional.
¿Cuándo la dependencia es disfuncional?
La dependencia comienza a ser disfuncional cuando dificulta que el individuo pueda adaptarse de manera efectiva a su entorno. Esto sucede, por ejemplo, cuando el apoyo constante de otras personas se vuelve condición necesaria para poder tomar una decisión, enfrentar desafíos y/o manejar el estrés; lo cual puede llevar a experimentar sentimientos de ansiedad, inseguridad y baja autoestima cuando se enfrentan a situaciones desconocidas o se ven obligados a depender de sí mismos.
En otras palabras, la dependencia es desadaptativa cuando hay una necesidad de la presencia de otras personas para mantener una sensación de seguridad y bienestar personal que afecta significativamente la calidad de vida.
Esta forma de dependencia puede manifestarse en diferentes áreas de la vida, incluyendo las relaciones interpersonales, la economía y la salud mental.
En el ámbito de las relaciones interpersonales, la dependencia desadaptativa se manifiesta en relaciones codependientes. En estas dinámicas, una persona se subordina a las necesidades y deseos de otra, a menudo a expensas de su propia salud y bienestar. En estas situaciones las personas suelen tener un miedo intenso a la soledad y una baja autoestima, lo que los lleva a depender emocionalmente de la otra persona de manera excesiva.
En el aspecto económico, la dependencia desadaptativa se refiere a situaciones en las que una persona se encuentra atrapada en relaciones laborales o financieras en las que no tiene control sobre sus propios recursos o decisiones financieras. Esto puede generar una sensación de impotencia y vulnerabilidad, dificultando el desarrollo de habilidades y la toma de decisiones financieras independientes.
Explorando la dependencia tecnológica en la era digital: un tipo contemporáneo de dependencia disfuncional
En la era digital en la que estamos inmersos, la dependencia tecnológica se ha vuelto un tema de creciente relevancia en nuestra sociedad. Nos encontramos ante la necesidad desmedida de utilizar dispositivos electrónicos, como teléfonos inteligentes, computadoras y redes sociales, para obtener satisfacción emocional, conexiones sociales y enfrentar nuestras rutinas diarias.
Las personas que experimentan este tipo de dependencia tecnológica a menudo se sienten ansiosas e incómodas cuando se les priva o limita el acceso constante a sus dispositivos electrónicos. Pueden pasar largas horas en línea, perder la noción del tiempo y descuidar aspectos fundamentales de sus vidas, como el trabajo, las relaciones personales y el cuidado personal.
Puede ocurrir por diversas razones, desde la búsqueda de gratificación instantánea hasta la evasión de problemas emocionales o la necesidad de sentirse conectado en un mundo digitalizado. Quienes experimentan esta dependencia sienten síntomas similares a los de otros consumos problemáticos, como dificultad para controlar los impulsos, aislamiento social, irritabilidad y dificultades en su funcionamiento diario. Además, interfiere con nuestra capacidad de concentración, afecta negativamente nuestro rendimiento académico o laboral, debilita nuestras relaciones interpersonales y compromete la calidad de nuestro sueño.
Superar la dependencia disfuncional tecnológica implica establecer un equilibrio saludable entre el uso de la tecnología y otras áreas importantes de nuestra vida. Esto implica establecer límites de tiempo para el uso de los dispositivos, dedicar tiempo a actividades fuera del ámbito digital, fomentar las relaciones en persona y desarrollar habilidades de autorregulación. En este proceso, la terapia cognitivo-conductual y otras intervenciones psicológicas desempeñan un papel fundamental, brindando herramientas para abordar los patrones de dependencia y promoviendo un uso más consciente y equilibrado de la tecnología.
Art. actualizado: Mayo 2023; sobre el original de septiembre, 2009.
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