Definición de Desestructurado

El predominio de la naturalidad

El término desestructurado es ampliamente usado en nuestra lengua cuando se quiere referir que alguien o algo, por ejemplo un evento, un acontecimiento social, no siguen para ningún tipo de protocolo, reglas o normas formales como sí suele ocurrir con algunos sucesos que sí lo demandan. Es decir, quien es desestructurado o cuando de algo se dice que lo es se caracterizará por su espontaneidad, naturalidad y sencillez.

El valor que se le atribuye hoy a lo desestructurado

En los últimos años ha habido una gran valoración de la desestructuración, que sigue y perdura a la fecha. Especialmente porque el concepto se vincula como ya dijimos con lo espontáneo, lo genuino, cuestiones y características que en los últimos tiempos son ampliamente valoradas y colocadas muy por delante de aquellos contextos o escenarios en los que prima la formalidad, la rigidez y que en el fondo se considera que funcionarían mejor sin ese carácter formal y tan rígido que se le quiere imponer, para por ejemplo ser tomados más en serio.

Muchas veces se cree, erróneamente debemos decir, que el hecho de mostrarse más formal y rígido será mejor y convencerá así más rápido y efectivamente a otros, sin embargo, puede no ser así en muchos casos…

No siempre puede ser oportuno serlo…

Por supuesto que no en todas las situaciones y contextos está bien visto y es bueno mostrarse desestructurado, aún más, en algunos casos hasta puede tomarse como desubicado o una falta de respeto mostrarse desestructurado.

Entonces, debemos destacar que el contexto en cuestión, conocerlo, es sumamente importante a la hora de determinar una actitud desestructurada de alguien o lo opuesto.

La estructuración, en las antípodas

La contracara de la desestructuración es la estructuración y por ende cuando algo o alguien se manifiestan o muestran poco proclives a salir de sus estructuras se dirán de ellos que son estructurados.

Si enfrentamos ambas posturas y vemos algunas de sus consecuencia en la práctica podemos concluir que la persona estructurada puede sufrir más que aquel que es lo opuesto, porque por ejemplo al desestructurado no le molestará en lo más mínimo modificar un plan ante la inminencia de su comienzo mientras que para el estructurado esa situación puede consistir un cisma que los derribe de plano y le genere una enorme insatisfacción y angustia.