Definición de Dignidad
Profesora en Filosofía
La dignidad es aquella cualidad de los sujetos que los hace merecedores de respeto por el solo hecho de ser personas. Tradicionalmente, se trata de una noción asignada intrínsecamente a los seres humanos; sin embargo, en los últimos años, los estudios críticos animales han planteado la necesidad de reconocer la dignidad de los animales no humanos, como parte de la dimensión ética que compete a la relación jurídica entre humanos y animales. De la misma manera, otras entidades no humanas —como, por ejemplo, la “naturaleza”— también han sido pensadas bajo el paradigma de la dignidad, fundamentalmente, en el marco de culturas no occidentales.
Orígenes del concepto de dignidad humana
El término dignidad tiene su origen en la Antigüedad y proviene del latín dignitas, a su vez, derivado de la forma adjetiva dignus, que puede traducirse por “digno” o “merecedor”. En el contexto grecorromano, la dignidad no se consideraba como una característica intrínseca a la condición humana, sino que estaba determinada por la condición social, a saber, por la pertenencia a cierta jerarquía social y por el prestigio que los individuos adquirían de acuerdo con sus comportamientos públicos.
La dignidad era atribuida, así, en función del honor, a los ciudadanos prestigiosos; mientras que se le negaba a los hombres que formaban parte de las clases sociales marginadas como, por ejemplo, los esclavos. De este modo, la noción de la dignidad estaba asociada a una desigualdad natural entre los hombres, reflejada en las jerarquías sociales.
La dignidad en el medioevo
Hacia la Edad Media, en el contexto del cristianismo, la idea de la dignidad humana adquirió un fundamento religioso. Ésta pasa entonces a ser considerada como un rasgo que depende del vínculo con la divinidad, es decir, la dignidad del hombre es producto de que Dios lo creó a su imagen y semejanza. Luego, la noción de dignidad se apoya sobre la concepción de una filiación divina de los seres humanos. En este sentido, puesto que todos los seres humanos son iguales ante Dios, en tanto son parte de la creación, el estatus de la dignidad se convierte en el mismo para todos ellos, independientemente de su posición social.
Al mismo tiempo, el cristianismo comprende a la dignidad como condición de posibilidad, dado el libre albedrío de los hombres, para su redención, porque ella permite a los hombres acercarse a Dios al elegir libremente obrar bien y, así, cumplir con su fin divino.
La dignidad como inherente a la condición humana
A lo largo de la Modernidad occidental, la idea de la dignidad atraviesa un proceso de secularización, planteándose como un atributo característico de la humanidad en cuanto tal. En este sentido, la dignidad deja de ser un rasgo que los hombres adquieren por su filiación divina y pasa a ser inherente a su condición. Del mismo modo, aquella tampoco depende de la posición social de los individuos, sino del valor intrínseco de su propia naturaleza humana.
La obra de Giovanni Pico della Mirandola (1469-1533), Discurso sobre la dignidad del hombre —la cual constituyó una de las bases fundacionales del Humanismo—, otorgaba a la humanidad un carácter excepcional relativo a su dignidad frente a lo existente en general. La dignidad de los seres humanos se explicaba por su capacidad de actuar de manera autónoma, a diferencia de otros seres vivos y de las cosas, cuya existencia se hallaría determinada, por carecer de capacidades racionales y volitivas. De este modo, la noción secular de la dignidad humana se encuentra directamente relacionada con, por un lado, la razón, y, por el otro, el deber moral.
Dignidad y Derechos Humanos
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, el concepto de la dignidad humana comienza a plantearse de manera estrechamente relacionada con el andamiaje jurídico y legal de la forma democrática de gobierno contemporánea, al atribuírsele la función de fundamento de los Derechos Humanos.
La dignidad, luego, aparece como un pilar fundamental de los derechos del hombre, tanto en su vida social como individual. No obstante, el reconocimiento formal de la dignidad humana resulta ampliamente limitado en la práctica, como resultado de las desigualdades económicas, políticas y sociales.
Art. actualizado: Sept. 2022; sobre el original de mayo, 2009.
Referencias
Sánchez De Jaegher, C. (2020). La cuestión de la dignidad en los mundos indígenas. CUHSO (Temuco), 30(1), 19-36.Martínez Bullé-Goyri, V. M. (2013). Reflexiones sobre la dignidad humana en la actualidad. Boletín mexicano de derecho comparado, 46(136), 39-67.
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