Significado de dignidad Definición, como valor y derecho

Definición formal
La dignidad es un valor intrínseco del carácter de uno con respecto a sus acciones y su manera de comportarse.
Entiende códigos sociales, respeto por el otro, y también la idea del derecho a elementos esenciales para vivir dignamente, lo cual es un desafío en las sociedades actuales, que exponen a los habitantes de menores recursos a condiciones precarias, siendo una falla de las políticas socioeconómicas y no de los individuos en sí, a quienes no es posible exigirles que encuentren una salida a la que no tienen acceso.
Valor histórico
Es un concepto que ostenta una larga tradición de uso, que se remota a tiempos del Imperio Romano, donde dignitas, (palabra original en latín), refería el honor, reconocimiento o título honorífico, que se le entregaba a un individuo a razón de alguna acción loable y valiosa que haya desplegado y que significó un aporte notable para la sociedad.
Por caso es que la palabra empezó a ser usada para dar cuenta de un título de honor o cargo que alguien detenta: conde, duque, entre otros.
Pautas de la dignidad del ser humano
Vale destacar que el significado que se le atribuyó en la Antigua Roma evolucionó con el correr de lo siglos, a la par de las conquistas y transformaciones sociales, y entonces la palabra pasó a usarse más que nada para referirse al valor que todos los hombres, sin excepciones, presentan por el hecho de pertenecer a la humanidad.
Se abandonó la idea que alguien era digno por el título o el puesto que ocupaba en la sociedad sino que lo era simplemente por su caracter de ser humano, ello ya lo hace merecedor de respeto y consideración.
La posición social o las acciones loables que se hayan desplegado no determinaban ya que alguien sea considerado digno o no.
Derecho reconocido y universal
La dignidad pasó a ser patrimonio absoluto de los seres humanos y garantía del disfrute de aquellos derechos que nos aseguran acceder a una buena calidad de vida, más allá de los recursos económicos con los que se cuente o no.
En la actualidad el concepto ha pasado a ser un sinónimo de persona que goza de los derechos humanos básicos y esenciales, que le permiten desasarrollarse y vivir con holgura: alimentos, salud, trabajo, vivienda.
A mediados del siglo XX, la Asamblea de Naciones Unidas, le otorgó un reconocimiento jurídico mundial a dichos derechos a través de la Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada en París, en 1948.
A lo largo de sus 30 artículos se reconocen los derechos humanos básicos que le reportan dignidad a la existencia humana, siendo la libertad la máxima inspiración de todos ellos.
Indignación por la desigualdad
Ahora bien, a pesar que con respecto a la civilización romana la sociedad actual presenta notables avances sociales, la desigualdad entre las personas no se logró erradicar, sino muy por el contrario, en algunas sociedades resulta ser abismal, repercutiendo directamente en la incapacidad de muchos de gozar plenamente de esa dignidad.
La imagen de personas pidiendo limosna en las calles y viviendo en la intemperie son postales recurrentes en las grandes ciudades.
La sociedad avanzó enormemente en los planos científico y tecnológico, dandonos la posibilidad a muchos de nosotros de estar hiper conectados gracias a Internet, los ordenadores y los celulares inteligentes, y de disfrutar de infinidad de elementos que nos reportan cónfort, sin embargo, y paradójicamente, hay muchas personas a nuestro alrededor que no tienen donde dormir, qué comer, o qué ponerse para combatir el frío.
El individualismo imperante y la mediocre gestión de muchos gobiernos siguen impidiendo una solución en este sentido.
De la dignidad a la honestidad
Por otra parte, es una palabra que designa a una de las cualidades humanas más valoradas por la sociedad e implica que quien la posee se comporta de manera honesta, seria, y respetable.

