Definición de Fractura
Una fractura es una lesión en la cual es hueso se parte o se fragmenta. Esto ocurre como consecuencia de un traumatismo sobre el hueso durante una caída, un accidente o una práctica deportiva. Sin embargo, es posible que el hueso se parta como consecuencia de trastornos que lo debiliten y hagan que pierda su resistencia, como es el caso de enfermedades como la osteoporosis.
Existen cuatro formas en las que puede partirse un hueso:
Fisura. Ocurre una rotura del hueso que no abarca todo su diámetro.
Fractura no desplazada. En este caso el hueso se parte pero los extremos rotos se mantienen alineados entre sí.
Fractura desplazada. A diferencia del anterior, los extremos de los huesos se desplazaron de su sitio y no se encuentran alineados.
Fractura abierta. Es la forma más grave de fractura, en ella los extremos del hueso roto actuaron como un elemento que cortó los tejidos blandos como el musculo e incluso la piel. En este tipo de fracturas existen heridas en la piel muy profundas a través de las cuales se pueden visualizar fragmentos o extremos del hueso. Estas facturas suelen acompañarse por una gran hemorragia.
¿Cómo reconocer una fractura?
La lesión de un hueso se acompaña por pérdida de sangre y formación de un hematoma, lo que junto a la inflamación hace que la zona se encuentre inflamada y adolorida.
Las fracturas son muy fáciles de reconocer cuando son fracturas abiertas, en las que se pueden ver los extremos de los huesos que salen a través de la piel. En las fracturas cerradas resulta también fácil identificar las fracturas cuando los extremos de los huesos se desplazan de su sitio, esto produce deformidad en la zona, mucho dolor al tocarla o movilizarla y una pérdida de la capacidad de movimiento de la estructura en donde se encuentra la lesión.
En el caso de las fracturas no desplazadas, en donde aunque el hueso se encuentra partido, sus extremos están colocados en su sitio, es más difícil identificarla, de hecho muchas veces las personas que han sufrido un traumatismo y tienen un dolor muy intenso -que han preferido manejar en su casa- se sorprenden cuando al hacerles una radiografía se evidencia que hubo una fractura. El síntoma predominante en estos casos es un dolor muy intenso, y bien localizado, que se intensifica al tocar el sitio del traumatismo y que agrava con la movilización, este dolor no desaparece con el uso de calmantes, lo que hace que la persona acuda al médico evidenciándose la fractura.
¿Es posible que una fractura ocurra de forma espontánea sin un traumatismo?
Aunque parezca sorprendente, los huesos pueden fracturarse ante esfuerzos tan simples como el de estornudar o al ser abrazado. Evidentemente se trata de un hueso debilitado y muy frágil, como ocurre en personas que padecen enfermedades como la osteoporosis, la osteogénesis imperfecta o en el caso de huesos que han sido invadidos por metástasis de tumores.
Una fractura “espontanea” muy común es la fractura vertebral, las vértebras de la columna al estar debilitadas por la osteoporosis colapsan y se aplastan. Esta es la razón por la que muchos ancianos se encuentran encorvados hacia adelante con una joroba muy pronunciada en su espalda. Esto ocurre porque las vértebras al colapsar adoptan la forma de una cuña que hace que se desarrolle este tipo de deformidad.
¿Cómo se tratan las fracturas?
Existen dos tipos de tratamiento para las fracturas: el tratamiento ortopédico y el tratamiento quirúrgico.
Tratamiento ortopédico. Cuando la fractura ocurre y no se desplazan los huesos, es posible que estos se consoliden al inmovilizar la zona afectada, para ello se utilizan materiales como el yeso o la fibra de vidrio, también existen dispositivos inmovilizadores llamados férulas. Este tratamiento dura varias semanas.
Tratamiento quirúrgico. Cuando la fractura es del tipo desplazada o abierta, la única forma de que el hueso vuelva a pegar, y quede bien alineado, es mediante la colocación de elementos metálicos que mantengan los extremos unidos. Para ello se utiliza material de titanio, principalmente placas, barras y tornillos, en el caso de fracturas que abarcan los extremos de los huesos, como es el caso de cabeza del fémur, su fractura que ocurre principalmente en ancianos, se corrige mediante el reemplazo articular con una prótesis metálica.
Trabajo publicado en: Ene., 2011.
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