Definición de Homicidio Involuntario

Homicidio Involuntario comprende la acción del quitarle la vida a alguien, sin que exista tal intención. En el lenguaje cotidiano la idea de asesinato y homicidio se suelen emplear como si fueran sinónimos. Sin embargo, se trata de ideas jurídicamente distintas. Así, hablamos de un homicidio cuando la acción de matar es involuntaria y hablamos de asesinato cuando el crimen se ha cometido de manera deliberada. En otras palabras, las circunstancias que rodean el crimen de una persona determinan una valoración jurídica u otra.

Un breve análisis etimológico y semántico

Si atendemos a su etimología, el término homicidio proviene del latín homicidium y se forma a partir de dos elementos: homo es igual a hombre o ser humano y la raíz cid viene del verbo caedere, que significa matar. Así, matar a una persona es un homicidio, matar a una persona importante es un magnicidio y matar a uno de los padres es un parricidio. Como es lógico, la persona que protagoniza la acción de matar es un homicida. En cuanto al término involuntario, equivale a otros con el mismo significado: inconsciente, irreflexivo o imprudente.

Partiendo de estas consideraciones, el homicidio involuntario es aquel en el que la acción de matar no es un acto deliberado y consciente, sino que se ha realizado en contra de la voluntad del agresor.

El homicidio involuntario se produce normalmente como consecuencia de una acción imprudente o negligente

En este tipo de homicidio el que mata a otra persona no tiene la intención de hacerlo, sino que se produce algún accidente o descuido y como consecuencia de ello alguien fallece. Así, cuando alguien conduce bajo los efectos del alcohol o de las drogas, esta forma de conducción temeraria puede ocasionar el atropello de alguien y causarle la muerte. En este caso, el conductor no habría actuado con la intención de asesinar, pero su conducta irresponsable debe ser castigada legalmente.

Para que un homicidio adquiera la consideración de asesinato deben cumplirse unas condiciones

En primer lugar, la acción de matar debe realizarse con alevosía (esto ocurre cuando se emplea algún medio para garantizar la muerte de alguien). En segundo lugar, un precio de recompensa o promesa (por ejemplo, cuando a cambio de matar a alguien el criminal recibe una gratificación).

El último requisito es el ensañamiento, que consiste en matar a alguien causándole un dolor desproporcionado (por ejemplo, veinte puñaladas para matar alguien es un acto desproporcionado, ya que con un número muy inferior sería suficiente para acabar con la vida de alguien).

Si se produce al menos una de estas tres condiciones, el homicidio se convierte en asesinato.

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