Importancia del Sistema Circulatorio
Es uno de los mecanismos más complejos e importantes involucrados en el desarrollo de los organismos pluricelulares, y aunque puedas considerar que su función está limitada al flujo de la sangre por todo el cuerpo, su importancia implica un modelo mucho más amplio de funciones, sin las cuales todos los demás procesos metabólicos no podrían llevarse a cabo.
Al analizar más a fondo lo que representa biológicamente la circulación de la sangre, se presenta como el medio de transporte principal para hacer llegar todos los nutrientes desde el intestino, hacia cada uno de los demás órganos, para que puedan generarse procesos como la síntesis de proteínas, la transformación de los carbohidratos en energía y la utilización de los lípidos en la generación de células, por sólo mencionar algunos de los ejemplos más básicos sobre lo que requiere el cuerpo para su funcionamiento.
El sistema circulatorio también cumple con un papel esencial para el desempeño del sistema inmunitario, al permitir el flujo de los glóbulos blancos y demás células encargadas de la defensa de nuestro cuerpo ante los microorganismos.
Al estar conformada la sangre por una elevada cantidad de hemoglobina – proteína que le confiere su característico color rojo – y al ser ésta la responsable del transporte de oxígeno, la importancia principal del sistema circulatorio es la de permitir también la distribución del oxígeno hacia todas las partes del cuerpo, pudiendo así desarrollarse la generación de energía en cada una de sus células.
Estructuras del Sistema Circulatorio
A nivel de estructura el sistema circulatorio está conformado por el corazón, las venas y las arterias, las cuales se conectan con los diversos órganos y se extienden por las extremidades, sin embargo, estas son sólo las partes más grandes de este complejo sistema; a nivel mucho más profundo, en los demás tejidos del cuerpo, el sistema circulatorio extiende el flujo de la sangre a través de diminutos túbulos llamados capilares.
Cabe destacar la gran importancia que los capilares tienen en el funcionamiento del sistema circulatorio, ya que ellos son quienes permiten la irrigación sanguínea a todos los demás tejidos, especialmente los músculos, las mucosas y la piel, debido a la alta necesidad de nutrientes y oxígeno que tienen para el cumplimiento de sus funciones motoras y químicas. Esta condición de alta capilaridad es la causante de que se presente un sangrado de manera casi instantánea al hacernos un corte en la piel, aunque no hayamos lastimado ninguna vena o arteria.
Otro componente muy importante que en la actualidad está considerado como parte esencial del sistema circulatorio es el sistema linfático, el cual se trata de un circuito de ganglios y vasos independientes a los sanguíneos, por donde fluyen otros tipos sustancias por medio de un líquido denominado linfa, el cual cumple funciones tanto a nivel circulatorio con el transporte de proteínas y nutrientes, como a nivel inmunitario llevando a todas partes las células encargadas de la defensa del organismo, compartiéndose de este modo el trabajo que cumple en ambas funciones el propio sistema circulatorio.
El músculo de la circulación
Como se trata de todo un mecanismo biológicamente diseñado para mantener la circulación constante de un líquido, para garantizar el funcionamiento se necesita una estructura que opere como una estación de bombeo y, precisamente, ese trabajo es el que le corresponde al corazón, un músculo especial que se encarga de atraer hacia él la sangre desde el cuerpo, por medio de las venas, bombearla hacia los pulmones para que vuelva a ser oxigenada y recibirla nuevamente para enviarla a todo el cuerpo por medio de las arterias, y todo esto gracias a una dinámica armoniosa existente entre sus cuatro compartimientos: las dos aurículas y los dos ventrículos.
Como dato curioso nos encontramos con que esta configuración de cuatro cámaras en el corazón es propia de los mamíferos, las aves y sólo algunos de los reptiles más grandes, los cocodrilos, en el caso de los peces, su corazón sólo posee una aurícula y un ventrículo y para los anfibios y la mayoría de los reptiles, el corazón se encuentra dividido en dos aurículas y tres ventrículos.
Toda esta diferenciación entre las divisiones que presentan los corazones de los animales vertebrados, está estrechamente vinculada a la eficiencia de sus sistemas respiratorios y pulmones, demostrando a nivel evolutivo, que las características de un sistema dependen directamente de las condiciones de los otros, en función del alcance de un equilibrio óptimo para el máximo aprovechamiento de los recursos obtenidos y generados por cada parte del organismo.
Referencias
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Ville, C. (1996). Biología. 8va Edición. México. McGraw-Hill.
Art. actualizado: Octubre 2022; sobre el original de diciembre, 2014.
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