Definición de Inocuidad
La inocuidad es la incapacidad que algo o alguien presentan para infligir un daño a otro individuo o a una persona, es decir, cuando de algo o alguien se dice que es inocuo será porque existe una probada razón que demostró que tal o cual no hacen daño.
Incapacidad que ostenta algo o alguien de causar daño
Normalmente, la palabra inocuidad se emplea en relación a sustancias que los seres humanos manipulan en sus quehaceres o trabajos cotidianos, o en su defecto en alguna situación y por x circunstancia, y que no causan un daño mientras dura esa manipulación; por supuesto, esa duda se despeja una vez que se realiza el pertinente estudio que decreta la inocuidad de la misma, o cuando se confirma que las personas que la manipularon resultaron ilesas y no presentaron ninguna consecuencia por haber tocado a la misma.
La relevancia de este tema en la seguridad alimentaria para evitar problemas de salud
Y por otra parte es recurrente el uso de la palabra a instancias de la seguridad alimentaria.
Los alimentos, por encontrarse también a la libre manipulación de los seres humanos es que deben ser cuidadosamente estudiados antes de ser ingeridos para así evitar enfermedades o afecciones que puedan poner en peligro la salud y en algunos casos extremos hasta la vida de una persona, si es que consume algún alimento que carece de la mencionada calidad de inocuo.
La inocuidad es un concepto básico dentro de la salud pública y por tanto imprescindible a la hora del comercio de los alimentos.
Un alimento al cual se la haya comprobado alguna desviación en los parámetros fijados como normales deberá ser excluido de los comercios e informado ante las correspondientes autoridades de salud pública para evitar que siga circulando y que llegue a manos de los consumidores.
Si ello sucediera sería realmente gravísimo porque la salud de cientos de personas estaría en riesgo y ello no puede suceder de ninguna manera cuando ya se advirtió que el alimento ha provocado algún daño en alguien.
Mecanismos de control
Existen legislaciones creadas a tales efectos de generar las correspondientes inspecciones que permitan evaluar la mercadería que se comercializa, así como también las mismas establecen el compromiso que deben asumir los empresarios gastronómicos de ofrecer a quienes controlan toda la información necesaria sobre el producto.
También se establecen visitas periódicas y sorpresivas para garantizar que siempre se cumplan las condiciones esperables de salubridad.
Condiciones básicas de una buena manipulación
Es importante que los alimentos se preparen, almacenen y manipulen de modo adecuado, de acuerdo a las características que presentan, para evitar de este modo intoxicaciones alimentarias; es importantísimo cumplir con las condiciones de limpieza (lavándose las manos con frecuencia y las superficies donde se cocina), separación (impide la contaminación cruzada) cocer adecuadamente y enfriar rápido aquellos alimentos que lo demanden.
Tales condiciones esgrimidas líneas arriba deben ser observadas tanto en casa como en aquellos lugares público en los cuales se comercializan alimentos, aunque, en este último caso es necesario que además el estado se ocupe de llevar a cabo los correspondientes controles sanitarios en los mencionados lugares, clausurando aquellos que no se encuentren siguiendo las medidas de higiene básicas requeridas.
Ahora bien, más allá de las medidas que se toman y de los controles que se lleven a cabo, ello no impidió que en algunas circunstancias se produzcan desgracias como ser perdidas de vida humana.
La especialidad que se dedica a tales menesteres se denomina como bromatología. Aborda el tema de manera global, es decir, interviene en todas las etapas, se ocupa de la producción, manipulación, conservación, elaboración, distribución y su asociación con la salud.
Los medicamentos en la lupa también
Los medicamentos también deben responder a estándares de calidad, ya que su misión es resolver los problemas de salud de las personas, por caso, la importancia de comercializarlos en correctas condiciones, sin que estén vencidos, que hayan sido previamente probados y aprobados para salir a la venta libre, o que no tengan la debida aprobación del organismo competente.
Podemos aplicar el concepto en relación a cuestiones o sucesos, por ejemplo, para referirnos a la poca trascendencia que un acontecimiento presenta.
Por caso la usamos muy corrientemente, como ya hemos visto, para referir que eventos no presentan complicaciones. Lo mismo que antes hablábamos de alimentos o de medicamentos, cuando de todos ellos se dice que son inocuos es porque no tienen capacidad de provocar daños en el curso normal de las cosas, o en el organismo de alguien, según corresponda.
Trabajo publicado en: Jul., 2011.
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