Definición de Inseguridad Emocional
Título de Prof. en Psicología
La inseguridad emocional es una sensación que nos deja en un lugar incómodo y de malestar, sin saber qué hacer, titubeando, desconfiando de uno mismo o del entorno, imposibilitados de tomar decisiones sencillas, nerviosos o con miedo. Dicha emoción negativa, que tiene una causalidad psíquica, puede afectar a nuestra autoestima, proyectos y relaciones interpersonales.
Se puede ser inseguro acerca de las capacidades (ej.: “no creo estar listo para aprobar el examen de matemáticas”), del cariño ajeno (ej.: “no estoy segura que mi pareja me ame”), de la concreción de metas (ej.: “me da miedo intentar realizar mis sueños, porque no sé si fracasaré”), etcétera.
¿Cómo son las personas inseguras? Ejemplos sobre uno mismo y el entorno
Se trata de individuos a veces inhibidos, a veces extrovertidos, pero que se concentran en aspectos negativos de los demás o de ciertas situaciones, con serias dificultades para confiar (en ellos, en los demás, en experiencias futuras).
Las personas inseguras pueden evitar escenarios que les generan mucha ansiedad, marcar los defectos ajenos para reafirmar sus fortalezas o buscar la aprobación externa de un modo desmedido.
Ejemplos de inseguridad emocional respecto de uno mismo: “Tomás es extremadamente inseguro, necesita que le digan todo el tiempo que lo quieren”; “Mía no es para nada segura sobre su aspecto físico, se siente fea”; “Benicio no se anima a dejar la facultad e ir por su sueño de ser peluquero”; “Constantino pregunta a cada instante si lo que hace está bien”.
Ejemplos en cuanto al entorno: “siento que los demás hablan mal de mí a mis espaldas”, “no sé si mi familia me valora”; “tengo dudas de la fidelidad de mi marido”. En general, cuando la inseguridad se avoca a otras personas, esconde una inseguridad personal más profunda, a menos que se ampare en hechos previos, por ejemplo, si no me siento segura con mi pareja porque me ha engañado previamente, eso es lógico y no quiere decir que tenga un rasgo de inseguridad emocional como parte de mi personalidad, sino que mi psiquis está tratando de protegerse.
En las relaciones de pareja es muy importante la confianza mutua, creer en que el otro busca mi bienestar y me apoya, no me miente, quiere lo mejor para el vínculo. En este sentido, la inseguridad emocional es uno de los motivos más frecuentes de ruptura, pues impide que la pareja siente bases sólidas, para enfrentar sus dificultades y disfrutar de su tiempo compartido.
Las parejas con gran inseguridad (que requieren de ayuda profesional psicológica y/o psiquiátrica) pueden manifestarla en varias formas: demandando que se les reafirme su amor constantemente; teniendo celos desmedidos; buscando controlar al otro; criticando al otro para mostrarse fuertes; buscando excusas para pelear y separarse pues no están seguros de la relación; cerrándose al diálogo por temor de no ser escuchados. Todo esto hace de la convivencia un verdadero campo de batalla, difícil de sostener en el tiempo, si no se emprende una verdadera reflexión al respecto y se comienza una terapia (individual o de parejas, según el caso).
Por qué somos inseguros
Todas las personas tienen algo de inseguridad, sobre diversos aspectos (personalidad, habilidades, aptitudes, apariencia) o en relación al futuro (viajes, mudanzas, nuevos trabajos, cambios de situación sentimental, proyectos). Esto puede ser invariable o transitorio, pero siempre que no traspase ciertos límites es algo saludable, que nos hace andar con cierta precaución.
No obstante, si la inseguridad es tan grande que nos genera padecimiento, rumiación de pensamientos o inhibiciones para actuar, sería bueno acudir a una consulta con un profesional psicólogo.
En líneas generales, una infancia muy exigente o con falta de cariño, padres muy críticos, traumas severos, pueden propiciar la inseguridad emocional de una persona. La cultura igualmente provoca inseguridad, especialmente en las mujeres, para luego venderles servicios y productos que les den esa confianza arrebatada o para distraerlas de poner su atención en las tareas intelectuales y preocuparlas meramente de su imagen, como objeto de consumo. Asimismo, una pareja violenta puede hacer de su partenaire (la víctima) un individuo inseguro.
Si bien la inseguridad tiene muchas causas (que pueden involucrar la historia personal, ideales y exigencias compartidos culturalmente, condiciones u enfermedades), también influye nuestra percepción de la realidad, pues ante iguales circunstancias hay personas más inseguras que otras.
Cómo se cura
La inseguridad emocional se trabaja, en Psicoanálisis, yendo a sus orígenes, desamarrando identificaciones, explorando contenidos velados en el inconsciente, haciéndose preguntas, escuchando nuestras propias palabras, devueltas por el analista, en forma de espejo.
Una vez que tenemos más en claro el por qué somos inseguros (cada uno encontrará su respuesta singular), queda en las manos de cada consultante la decisión de qué hacer con ese saber al que ha accedido.
En esta corriente psicológica no se trata de silenciar u ocultar la inseguridad, ni de hacerla funcional al sistema, sino de darle un lugar, afirmar la verdad que en ella se encuentra, para luego ver la responsabilidad del sujeto en el lugar que ocupa.
Cómo criar hijos/as seguros/as
Los cuidadores principales de los niños (madres, padres, tutores, familiares cercanos) tienen gran influencia en su personalidad y su autoestima. Para darles seguridad es importante ser una presencia constante en sus vidas, que ellos sepan que siempre estaremos allí, si nos necesitan.
Además, debemos criarlos con amor, respeto y límites claros, validando las emociones, siendo flexibles, ya que a veces no son capaces de entender o gestionar sus emociones de manera habilidosa y necesitan de un acompañamiento afectuoso para poder crecer en un ambiente que facilite la salud mental.
Si somos muy severos o inflexibles, estaremos alimentando un superyó muy rígido en esas personitas, que les traerá inseguridad emocional. La violencia, de todo tipo, también genera inseguridad y atenta contra los derechos de la infancia, ya que, si la persona que me tiene que cuidar me lastima, el mundo se vuelve un lugar peligroso y hostil, en el que no puedo confiar. La sobreprotección también es dañina, pues quiere decir que no confiamos en las propias capacidades de los niños y por eso queremos hacer todo por ellos; el mensaje que se transmite a su psiquis en desarrollo es que el infante no es capaz de hacer algo o hacerlo bien (o no está permitido equivocarse), por eso necesita de ayuda o protección exagerados.
No debemos comparar a los niños, especialmente con hermanos o familiares, pues cada uno es único y hay que fomentar la confianza en las propias aptitudes y preferencias.
Tampoco hay que destacar los errores o darles mucha importancia, en razón de que los niños podrían sentirse avergonzados, menospreciados o poco inteligentes, fuertes, ágiles, etcétera.
Finalmente, no convendría marcar excesivamente los aciertos, porque eso hace que estén muy pendientes de la aprobación externa, buscando así la seguridad en los demás o compitiendo por ser “los mejores”, en lugar de disfrutar, realizarse en su singularidad, concentrarse en sí mismos. Cuando un niño está divirtiéndose podemos simplemente acompañar y observar en silencio, no interrumpiendo o describir el juego que hace, hacer preguntas, disfrutar con ellos/as. Cuando hacen las tareas escolares podemos esperar que las hagan solos, como puedan, valorando el esfuerzo, alentando las ganas y/o brindando una ayuda (moderada) si el niño lo necesita.
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Art. actualizado: Oct. 2022; sobre el original de octubre, 2022.
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