Definición de Intensidad Luminosa
El fenómeno de la luz desde el punto de vista de su medición se estudia en la disciplina conocida como fotometría. En este marco de referencia, la intensidad luminosa indica la cantidad de luz que es percibida (el término científico empleado es el de flujo luminoso).
Desde un parámetro matemático, la intensidad luminosa es algo que se puede medir, para lo cual se emplea la unidad conocida como candela. En este sentido, hay que recordar que la luz tiene unidades de medición diversas (lumen, lux, lumen por vatio y otras) y cada una de ellas sirve para medir algún aspecto de la luz. No hay que olvidar que la luz es una forma de energía, concretamente de energía electromagnética.
La intensidad luminosa en distintos ámbitos
El aparato que sirve para medir la intensidad luminosa es el luxómetro, que funciona mediante un sensor que detecta las variaciones en la intensidad de la luz. El luxómetro permite registrar una serie de datos, los cuales hacen referencia a la medición de la luz en un espacio determinado. Este tipo de mediciones son necesarias para determinar si la luz utilizada es la adecuada. Por ejemplo, en un aula debe establecerse la intensidad luminosa en los distintos puntos (en la pizarra, en la zona de ubicación del profesor y en el área destinada a los alumnos), ya que no tendría mucho sentido que un lugar del aula estuviera en penumbra mientras que otro espacio tuviera una presencia de luz significativa.
El ejemplo de la intensidad luminosa en el aula nos permite recordar que la presencia de luz es determinante en todo tipo de actividades. Pensemos en un recinto deportivo cubierto en el que los espectadores y deportistas necesitan una visibilidad adecuada. En este caso, la intensidad luminosa determina el desarrollo de cualquier actividad que se realice en dicho espacio.
Los decoradores saben que la intensidad luminosa es un elemento básico, pues tiene efectos sobre los colores, sobre la propia percepción del espacio o en relación con las sensaciones personales que se producen en un lugar determinado. El rol de la iluminación en la decoración es de primer orden. Normalmente se intenta aprovechar al máximo la luz natural y la luz artificial es una opción secundaria. Como es lógico, en el espacio interior la luz artificial tiene un protagonismo. Así, la intensidad luminosa afecta de maneras muy diversas: creando un clima específico, proporcionando un efecto óptico o cumpliendo un objetivo concreto. En cualquier caso, la intensidad de la luz debe estar asociada a una función determinada en cada caso.
En el mundo de la decoración se habla del lenguaje de la luz. Si es intensa, se transmite energía. Si es excesiva es muy probable que se produzca un efecto de cansancio. Y si la luz es cálida es muy posible que se cree un efecto de relajación.
Foto: iStock – Warchi
Trabajo publicado en: Sep., 2015.
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