Definición de Irgún
Periodista esp. e investigador
Los convulsos años anteriores y posteriores al establecimiento del estado de Israel vieron muchas cosas. Una de ellas, y aunque parezca paradigmática, el establecimiento de organizaciones judías de derecha, en algunos casos violentas, cuyas herederas intelectuales todavía condicionan la vida política israelí. Esta es la historia de una de ellas.
El Irgún fue una organización terrorista fundada en 1931 y que, hasta 1948, defendió mediante la lucha armada los ideales sionistas atacando tanto a árabes como a británicos.
Fue una escisión de la Haganá, el ejército secreto fundado en los años 20 en Palestina para defender a los judíos de los ataques sufridos, principalmente, por parte de los árabes, pero que también atacó a los británicos cuando lo consideró necesario.
El motivo para fundar el Irgún fue ir un paso más allá de donde llegaba la Haganá, respondiendo a las acciones árabes con igual o superior uso de la fuerza. Los miembros fundadores formaban parte de la Haganá, y estaban decepcionados con la dirección de esta organización, considerando que estaba dando una respuesta muy tibia a las agresiones árabes.
Se fusionó con otra organización (Beitar) surgida también de la Haganá unos años antes.
Irgún significa HaIrgun HaTzva’i HaLe’umi BeEretz Yisra’el, “Organización Militar Nacional en la Tierra de Israel”, y buscaba ser una organización completamente militar, a diferencia de la Haganá que era más propiamente miliciana.
Como tal, la Irgún contaba con una estructura de mando de tipo militar, y realizaba acciones que categorizaban como misiones militares.
Otros grupos de la Haganá desertaron también de esta organización, desencantados con su política, para acabar yendo a militar en el Irgún. Gracias a esto, la nueva organización pudo ir extendiéndose por todo el país.
Pese a no estar de acuerdo con la Haganá, ambas organizaciones supieron superar sus diferencias y colaborar en diversos aspectos, entendiendo que luchaban por el mismo fín.
Pero durante la gran revuelta árabe de 1936, el Irgún volvió a adelantarse un paso a la Haganá, más contenida esta última, en el uso de la violencia para responder a los ataques árabes.
En 1937, y ante la posibilidad inmediata que el mandato británico decidiera partir Palestina en dos, creando un estado judío en una de las partes, el Irgún se tensionó internamente.
Esto fue debido a que una corriente dentro de la organización abogaba por autocontenerse en las acciones ofensivas para no entrar en conflictos con los británicos (y, así, contar con ventaja en la mesa de negociaciones cuando llegara el momento, podríamos decir que “por simpatía”), mientras que la otra corriente no se fiaba de las intenciones británicas y apoyaba una lucha armada abierta contra los árabes para ganarse su propio país.
Esto llevó a un referéndum interno y, en abril del 37, a una división tras la que la mayoría de los que habían abandonado la Haganá volvieron a ella, el resto (principalmente quienes habían sido activistas de Beitar) siguieron adelante como Irgún con postulados más nacionalistas y más de derechas.
Tras la gran revuelta árabe, y coincidiendo con las persecuciones nazis, el Irgún también colaboró en el asentamiento de inmigrantes judíos en Palestina, al margen de las cuotas asignadas por los británicos.
El Irgún también llevó el nivel de violencia al “ojo por ojo”, es decir, que a cada acción árabe la contestaba con otra de igual o superior magnitud como venganza. Estas acciones, muchas veces, no eran aprobadas por la dirección de la organización, si no llevadas a cabo por mandos locales.
La dirección del Irgún esperaba, mediante la contención en sus acciones, poder crear un ejército judío no en la clandestinidad, sino oficial y a la vista de todo el mundo, que cumpliera con las tareas que cualquier ejército tiene asignadas.
Pero entre el 37 y el 39 la violencia se recrudeció y la política británica se endureció, llevando al Irgún a actuar en acciones armadas mucho más a menudo.
La publicación del Libro Blanco en 1939 soliviantó tanto a árabes como judíos, e hizo que la violencia se incrementara todavía más. Esto llevó al Irgún a atacar activamente a las fuerzas de ocupación británicas.
El estallido de la Segunda Guerra Mundial, en septiembre de 1939, provocó un giro de los acontecimientos: el Irgún anunció que dejaba de atacar a los británicos para no obstaculizar el esfuerzo de guerra.
El enemigo era el régimen nazi, y los judíos lo sabían, aunque todavía no podían imaginar la desgracia colectiva que, como pueblo, se les venía encima. No obstante, no todos los comandantes y militantes estuvieron de acuerdo con la decisión de dejar de luchar contra los británicos. Estos se escindieron creando la organización Lehi (acrónimo de Lohamei Herut Israel, Combatientes para la Libertad de Israel).
Durante la guerra, miembros del Irgún se alistaron en la Brigada Judía del ejército británico, además de que la organización proporcionó soporte de inteligencia a los aliados en diversos países.
También dentro del continente europeo, se fomentaron acciones armadas contra los nazis, como la participación del Beitar en el heroico levantamiento del gueto de Varsovia.
En 1943 tomó el mando del Irgún Menájem Beguín, un soldado polaco llegado a Palestina en el 41, y al que el futuro le deparaba ser Primer Ministro de Israel (en el periodo 1977-1983.
Beguín retomó la lucha contra los británicos en 1944, cuando ya se hacía evidente el fin del régimen nazi, y la necesidad de un estado y una serie de organizaciones para vehicular la emigración judía que vendría de Europa.
No obstante, la organización estaba muy tocada, pues los británicos habían hecho de las suyas aprovechando la tregua y la colaboración para realizar labores de inteligencia con el objetivo de minar a las organizaciones que apostaban por la violencia, e incluso habían llevado a cabo detenciones de líderes y militantes.
El noviembre del 44, el asesinato de Lord Moyne, Viceministro de Estado británico para las Colonias, llevó a que la Agencia Judía y otras organizaciones moderadas, organizaron una depuración contra miembros del Irgún, la conocida como saison (por la temporada de caza en francés).
La purga consistió también en delaciones de los miembros del Irgún a los británicos, miembros que fueron capturados y aprisionados.
Beguín optó por no responder a estas acciones, en una política de contención que evitó el estallido de una verdadera guerra civil entre las fuerzas judías. La cooperación con la Haganá se retomó una veza finalizada la Segunda Guerra Mundial en Europa.
El 22 de julio de 1946, el Irgún realizó su acción terrorista más tristemente famosa: la voladura del Hotel Rey David en Jerusalén.
Dicho emplazamiento era utilizado por los británicos como sede de las autoridades del mandato británico en Palestina. Una potente deflagración sacudía el edificio sobre el mediodía, matando a 91 personas entre británicos, árabes y judíos.
El Irgún avisó antes a las autoridades británicas, que hicieron caso omiso del aviso, provocando la alta mortaldad.
La operación fue una venganza por el raid que las fuerzas británicas habían llevado a cabo contra la sede de la Agencia Judía, la incautación de documentación sensible, y la masiva detención de activistas llevada a cabo (unas 2.500 personas cayeron en dicha redada).
El atentado marcó un antes y un después para los británicos que, a partir de este momento, decidirían la evacuación del protectorado.
La creación del estado de Israel significó el fin del Irgún, aunque también de la Haganá, ambos integrados en el nuevo Tsahal. No obstante, antes, ambas organizaciones estuvieron a punto de abocar al naciente estado a una guerra civil.
Sucedió con el incidente del Altalena, un barco cargado de armas que había fletado la Haganá y que había acordado repartirse con el Irgún. El enfrentamiento fratricida por las armas se cobró 19 vidas israelíes.
Sin embargo, había llegado el momento de anteponer los intereses comunitarios a los partidistas, y el Irgún, así como el Palmaj, la Haganá y las demás organizaciones de defensa del pueblo judío en Palestino, supieron hacerlo para colaborar como fuerzas militares durante la Guerra de Independencia en 1948, superando incluso el incidente del Altalena.
El Irgún dejó de ser una organización secreta para pasar, con armas y uniformes, a comportarse como un verdadero ejército israelí, atacando posiciones árabes y participando en la conquista de aldeas, así como continuando con la defensa de las comunidades judías establecidas en Palestina, y que eran objetivos de los ataques árabes.
En la ciudad de Yafo, los soldados del irgún incluso pelearon abiertamente contra las tropas británicas.
Finalmente, en mayo de 1948, Menájem Beguín anunció la disolución de las fuerzas del irgún y su integración en el nuevo Tsahal, el ejército de Israel. Era el fin de una época y el principio de otra, aunque las dos vendrían marcadas por una lucha que todavía continúa.
Foto: Fotolia – Renzo Boschi
Trabajo publicado en: Sep., 2018.
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