Definición de Laberinto
La palabra laberinto designa a aquel lugar que se encuentra conformado por calles, encrucijadas y caminos y desde el cual resulta ciertamente complejo encontrar la salida porque intencionalmente las mencionadas vías pretenden confundir respecto de la misma a quien transita por ellas.
Lugar conformado intencionalmente por encrucijadas y diversas vías y del que es difícil salir
Es habitual que en esa búsqueda de la salida correcta nos choquemos con caminos que no salen a ningún lado y de nuevo hay que probar otra vía de salida.
La evolución de los laberintos: de trampas a entretenimientos
Cabe destacarse que los laberintos son una manifestación de la humanidad realmente milenaria, ya en el Antiguo Egipto existen antecedentes de éstos, preferentemente de formas cuadradas y rectangulares y que se hallaban en las tumbas.
Tiempo después, en el siglo VII A.C., aparecen como novedad los laberintos de forma circular.
La misión que por aquellos viejos tiempos tenían los laberintos era que a quien entrase en ellos le costase mucho encontrar la salida, es decir, eran especies de trampas que buscaban retener a una persona en estos lugares, dificultándoles la salida.
Luego, con el correr y la evolución del tiempo fue cambiando el objetivo de estos particulares espacios.
Por ejemplo, en la Edad Media tenían la misión de simbolizar el camino de encuentro entre los fieles y Dios, y en nuestros días los laberintos presentan un objetivo de entretenimiento.
Es común que en los parques de diversiones nos encontremos con juegos que consisten en laberintos.
Uno de los más entretenidos es el laberinto de espejos en donde los participantes deben hallar la salida en un espacio que está todo lleno de espejos.
Esta situación genera muchas confusiones y es habitual que uno se golpee contra los espejos creyendo haber encontrado la salida de los mismos.
Situación confusa
Por otra parte, y tomando en cuenta la referencia original que hemos ya indicado, en el lenguaje coloquial, es muy frecuente que se use la palabra laberinto para referirse a aquella cuestión o situación que se caracteriza por su confusión y enredo.
Por lo expuesto es que términos como enredo, confusión y embrollo suelen emplearse como sinónimos de esta palabra.
En tanto, la palabra sencillez es el concepto que se contrapone, dado que justamente refiere a aquello que no presenta dificultad o complicación.
Parte interna del oído, elemental para la buena audición
Y a instancias de la anatomía se denomina como laberinto a la parte interna del oído.
El oído es sin dudas uno de los órganos y de los sentidos más relevantes que disponemos las personas y los animales, porque nos permite escuchar sonidos.
Se aloja en dos huesos del cráneo, los temporales, y está conformado por tres partes: el oído externo, que lo forma un cartílago en forma de concha que se conoce popularmente como oreja, que dispone de un orificio central que termina en una zona ósea; se ocupa de recibir y enviar las ondas de sonido hacia el interior del órgano.
Luego, el oído medio que es una cavidad fina y alta, que guarda al tímpano y que vibra cuando recibe los sonidos; en dicha cavidad ósea se hallan los huesos: yunque, martillo y estribo.
Y finalmente el oído interno donde se halla el laberinto óseo, indispensable para la audición.
Se trata de una zona de mucha complejidad estructural.
El laberinto se describe como un sistema de pasillos, símil físicamente a los laberintos, y por ello es la denominación que se le atribuye, que confluyen en el oído interno, implicando a la cóclea que integra el sistema de audición, y al sistema vestibular, que es el encargado de sentido del equilibrio.
Laberintitis: inflamación del laberinto
La infección en esta zona suele producir el síndrome de laberintitis, cuyos síntomas característicos son las náuseas, mareo, vértigo, desorientación y bloqueo del oído interno.
La inflamación del laberinto se inicia con un cuadro de vértigo grave y que ira in crescendo con los movimientos de la cabeza, y en aquellos casos donde medie una infección, el paciente, puede desarrollar hipoacusia transitoria o permanente.
La infección viral o bacterial es la causa más frecuente que genera este problema de salud, aunque, también puede producirse tras un golpe en la cabeza, un tumor, un ACV, problemas nerviosos, por el consumo de fármacos y alcohol en grandes dosis, fatiga, estrés, la complicación de enfermedades como el sarampión, la varicela, gripe y tabaquismo, entre otros.
El tratamiento de la afección generalmente se efectúa a través de antibióticos, y en aquellos casos donde hay un gran compromiso del equilibrio se suele indicar el uso de sedantes.
Siempre, ante cualquier afección del oído, es imprescindible hacer una consulta con un especialista en el tema, tal es el caso del otorrinolaringólogo.
Trabajo publicado en: Sep., 2013.
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