Definición de Laudo

Este término se utiliza normalmente en el ámbito del derecho. Etimológicamente proviene del vocablo en latín laudare, que comprende elogiar.

En cuanto a su significado se refiere al tipo de resolución judicial que ha sido dictada por un árbitro o un componedor mediador y que permite resolver un conflicto. En este sentido, el fallo del árbitro es comparable a la sentencia que dicta un juez.

Sin embargo, hay un aspecto que diferencia uno de otro, pues la jurisdicción del juez se encuentra en la ley, mientras que la jurisdicción del árbitro se fundamenta en la autonomía de la voluntad. En síntesis, un laudo es un proceso arbitral en el que las partes implicadas deben acatar la decisión adoptada por la figura que actúa como árbitro.

Una figura legal que puede agilizar el funcionamiento de la justicia

El laudo debe entenderse como un mecanismo para impartir justicia. Por lo general, este procedimiento presenta dos características fundamentales: tiene que estar acordado por las partes y es una alternativa al proceso judicial convencional.

El laudo arbitral es semejante a otras figuras jurídicas, como la mediación y la conciliación. Su aplicación se considera útil porque agiliza la resolución de algunos conflictos y las reglas del procedimiento se flexibilizan.

La estructura del proceso de arbitraje

– El primer elemento es el acuerdo previo de las partes.

– En segundo lugar, hay un procedimiento a seguir, es decir, un conjunto de reglas que el árbitro debe respetar para dictar una resolución (estas reglas pueden ser oficiales o bien ad hoc, es decir, expresamente hechas para el procedimiento arbitral).

– El tercer aspecto es propiamente el laudo, que consiste en la resolución definitiva por parte del árbitro y que es equivalente al concepto de sentencia judicial.

– Por último, la resolución definitiva debe cumplirse, lo cual puede hacerse de manera voluntaria o bien a través de una coacción.

El laudo arbitral en las reclamaciones de los consumidores

Para defender los derechos de los consumidores existen las juntas arbitrales de consumo. Así, si un consumidor considera que sus derechos no han sido respetados, puede presentar una reclamación ante una junta arbitral.

A partir de este momento, la junta reúne en una audiencia al consumidor y a la entidad reclamada. En dicha audiencia cada una de las partes expone sus argumentos sobre la reclamación inicial y la junta finalmente dictará la resolución del conflicto, es decir, el laudo arbitral.

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