Definición de Manómetro

Los humanos tenemos la necesidad de establecer parámetros concretos o mediciones para concretar información sobre temperatura, distancias, peso o presión. En el caso de la presión, el manómetro es el instrumento empleado para medir la presión en los fluidos que se encuentran encerrados en un recipiente. Este tipo de aparato establece la diferencia entre la presión del fluido y la presión atmosférica.

La escala en un manómetro analógico y algunas de sus aplicaciones

En el dial de este instrumento aparecen dos escalas diferenciadas. En una de ellas la aguja indicadora señala las libras por pulgadas al cuadrado y en la otra los kilogramos por centímetro cuadrado (estos últimos equivalen a su vez a bares). Así, cuando el manómetro está conectado a una fuente de presión, la aguja indicadora se desplaza por ambas escalas determinando el valor exacto de la presión. Como es lógico, el manómetro debe ser exacto y preciso.

Estos aparatos permiten establecer una comparación entre la presión atmosférica y la que hay dentro de un circuito en el que circula un fluido, ya sea un líquido o un gas. Con esta herramienta es posible establecer mediciones en los circuitos hidráulicos o neumáticos de las distintas actividades industriales. Estos medidores de la presión también se usan en las plantas de energía nuclear, así como en los sistemas de calefacción, ventilación o refrigeración.

La presión manométrica es distinta a la presión atmosférica

La presión atmosférica es aquella que se produce por la acción del peso del aire sobre cualquier cuerpo situado en la superficie terrestre. El instrumento empleado para dicha medición es el barómetro y por este motivo presión atmosférica y barométrica son conceptos equivalentes.

El manómetro fue inventado en el contexto de la segunda revolución industrial del siglo XlX

El primer manómetro de la historia con uso industrial fue inventado por el ingeniero francés Eugéne Bourbon en el siglo XlX. Por este motivo, dicho instrumento se conoce también como el tubo de Bourbon. Esta herramienta de medición pronto se aplicó a todo tipo de máquinas, por ejemplo a la máquina de vapor.

La medición de la presión requería de un aparato preciso que se adaptara a las nuevas industrias y al proceso de automatización. De manera paralela, en la segunda revolución industrial surgieron otros avances significativos, como la invención de la telegrafía, el descubrimiento de la electricidad, el descubrimiento de nuevos metales como el acero o el aluminio y la invención de nuevos productos químicos como la hulla o el alquitrán.

Estos avances y los nuevos medios de transporte transformaron los procesos industriales y también modificaron las formas de entender el trabajo y las relaciones humanas. En síntesis, podríamos decir que el manómetro es una de las «piezas» que permiten comprender el complejo puzzle de la segunda revolución industrial.

Fotos Fotolia: Dzmitrock87, Emel82