Definición de Mar Muerto

El llamado Mar Muerto, también conocido como «Mar de sal» o «Mar de Arabá», es en realidad un lago y es considerado el lago más salado del mundo. Esto implica que ningún ser vivo, salvo algunos organismos microscópicos, puede sobrevivir debido al exceso de sal que hay en sus aguas.

En cuanto a su ubicación, se encuentra entre Israel y Jordania. Su extensión es de 70 km de largo por 18 km de ancho y las aguas del río Jordán son las que desembocan en el Mar Muerto.

Las condiciones ambientales extremas del Mar Muerto

La salinidad del Mar Muerto es muy superior a la de cualquier océano del planeta, concretamente su salinidad oscila entre un 26 y un 35%. En sus aguas solo pueden sobrevivir algunos hongos y bacterias. Así mismo, la alta salinidad hace que en sus aguas sea posible flotar con mucha facilidad.

El Mar Muerto se ha convertido en un sanatorio natural y muchas personas con dolencias se aplican todo tipo de tratamientos (los minerales del agua y las bajas radiaciones solares aportan unas condiciones óptimas para los mismos).

En la actualidad el Mar Muerto se encuentra en un proceso acelerado de sequía. Según los expertos, esto se debe al calentamiento global asociado a una falta de lluvias. Una de las consecuencias de este fenómeno es la contaminación salina del aire, una circunstancia que origina graves problemas de salud (enfermedades respiratorias, problemas oculares y un aumento de la presión arterial).

La dimensión histórica

En las profundidades del Mar Muerto hay grandes cantidades de asfalto. Esta sustancia fue empleada por los antiguos egipcios para el proceso de momificación.

Ya en la antigüedad se conocían las propiedades curativas de sus aguas, especialmente para problemas en las articulaciones o de la piel. Según algunas leyendas la reina Cleopatra se bañaba en sus aguas con el propósito de realzar su belleza.

El protagonismo de este mar en la historia es incuestionable. En este sentido, vale la pena recordar los manuscritos del Mar Muerto, también llamados Rollos de Qumrán. Estos textos fueron descubiertos de manera accidental en 1946 y están escritos en su mayoría en hebreo y arameo. Gracias a ellos ha sido posible conocer mejor el contenido de la Biblia y la tradición judeocristiana.

Las referencias que aparecen en la Biblia sobre este mar son significativas y entre ellas podemos destacar la profecía de Ezequiel, quien dijo que un día sus aguas serán de agua fresca y en sus orillas será posible pescar.

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