Orden Cronológico

Los acontecimientos suceden en un lugar y en un momento determinado. El espacio y el tiempo son dos coordenadas que nos permiten entender la realidad.

El orden cronológico está en relación con la idea de tiempo. Para situar los hechos y comprenderlos mejor, el ser humano ha creado sistemas de medición del tiempo. El concepto de antes y después, así como la noción de presente, pasado y futuro son palabras que están en la clasificación temporal de los hechos. Y el orden cronológico es una forma de situar los hechos. Hay un orden cronológico cuando la sucesión de los acontecimientos sigue la pauta del tiempo convencional.

Normalmente el orden cronológico se emplea para referirnos al primer momento de algo ( con una fecha concreta ) y paulatinamente los distintos momentos se suceden a lo largo de un periodo. Este es el mecanismo habitual: desde lo más antiguo hasta lo más cercano al presente. Así se puede comprender la evolución de una situación histórica o la transformación de un fenómeno.
Hay otra opción, la inversa, en el orden cronológico: explicar algo desde el presente hacia el pasado. Este procedimiento se utiliza en el curriculum vitae, indicando inicialmente la actividad profesional actual y en último lugar la actividad más antigua.

El ser humano necesita medir su entorno. Medimos el peso, la distancia y de manera especial el tiempo. Ahora disponemos de relojes y calendarios que facilitan esta tarea. Sin esta información cronológica sería imposible organizarnos socialmente. Cuando antiguamente el hombre no tenía los medios técnicos para organizar el tiempo, tenía que recurrir a la observación. El día y la noche y el cambio de estaciones servían para planificar sus actividades. Con el tiempo surgió la necesidad de ser más precisos, y se cree que fueron los egipcios quienes empezaron a tener un calendario de 365 días al año. Esta medición se fundamenta en que la Tierra tarda 24 horas en girar sobre sí misma y 365 días y un cuarto de día en dar la vuelta alrededor del Sol. Se aprecia, por consiguiente, que el movimiento de la Tierra es la base a partir de la cual el ser humano creó el orden cronológico. Como la relación entre la Tierra y el Sol es diferente en cada localidad dependiendo de su ubicación, el planeta Tierra se ha dividido en 24 husos horarios. Así es posible entender la diversidad temporal en nuestro planeta.

Como en la antigüedad no había un criterio único, se fue imponiendo el nacimiento de Cristo como fecha de referencia generalizada. Si algo sucedió antes de Cristo, se utilizan las siglas a. C. Es una convención mayoritaria y útil en las relaciones globales, aunque la cultura china y musulmana tienen sus propios calendarios.

La actividad diaria esta sujeta al orden cronológico. Necesitamos saber el día y la hora exacta de todo tipo de información. Así podemos organizar el trabajo y el ocio. Al mismo tiempo, el orden cronológico permite comprender la historia, la arqueología o la paleontología. Es imposible desprendernos del orden cronológico, aunque en la ciencia fición se utiliza esa posibilidad.