Definición de Ordenar
La palabra ordenar la usamos en nuestro idioma para designar la acción de ponerle orden a algo, un espacio, una situación, entre otras cosas. “Tengo que ordenar el escritorio porque ya no encuentro ningún papel. Nos gustaría ordenar nuestra situación financiera para no tener ningún problema con el fisco.”
Poner orden en un espacio o situación para hacerlo más claro
El orden implica colocar las cosas en el lugar que les corresponde con la misión de organizarlas y ganar en cuanto a su sencilla localización, es decir, cuanto más ordenado tengamos un espacio mucho más simple será encontrar en él las cosas.
No basta más que con atravesar una situación de desorganización total como para entender que no hay nada más ideal que vivir con cierto orden.
Mandar a otro
Por otra parte, la palabra ordenar también es empleada para denominar la acción de mandar, o sea, cuando una persona le manda a otra que realice tal o cual acción o actividad. “No me gusta ordenarle todo el día que haga esto o aquello, pero es tan desatento que no me queda otra alternativa.”
Encaminarse al cumplimiento de un objetivo
Otro uso frecuente del término permite expresar la acción a partir de la cual se dirige y encamina algo hacia la concreción de un objetivo. “Laura se ordenó por completo a graduarse este año.”
Religión: otorgar la orden sagrada a un individuo
Y en el ámbito de la religión también nos encontramos con un uso especial de este término porque a través de él se da cuenta de dos acciones vinculadas, por un lado, el otorgar la orden sagrada a un individuo que así lo desea y que ha estudiado para ello y por otra parte el hecho de recibir la persona las mencionadas órdenes, también se denomina a través de este concepto. “El obispo ordenará esta tarde a los sacerdotes. Mario se ordenó como sacerdote tal era su deseo.”
A instancias de la religión cristiana se designa como orden sagrado al sacramento que consiste en la consagración de hombres y mujeres a Dios y a la Iglesia, para dedicarse de lleno y exclusivamente a la evangelización y a todo cuanto tiene que ver con honrar a Dios.
Aquellas personas que quieren dedicar su vida a Dios, a la caridad y a la enseñanza de la palabra de Dios deben realizar estudios pertinentes y una vez que los mismos se cumplen de modo satisfactorio podrá ordenarse como sacerdote.
La ceremonia de orden sacerdotal es oficiada por un obispo y por la misma el laico es formalmente integrado a la Iglesia.
La celebración católica se efectúa a través de la imposición de las manos y se acompaña de una oración consagratoria, y en los casos que corresponda hasta se le entregan al flamante sacerdote atributos.
A partir del ordenamiento el sacerdote podrá celebrar misas, y los sacramentos del bautismo, la comunión y el matrimonio, entre otros.
Una característica singular de la ordenación en el caso cristiano es que el sacerdote pasará a dedicar su vida entera y por completo a Dios, esto implicará el celibato y vivir en una casa religiosa junto a otros pares.
Un compromiso para siempre y total con Dios: el celibato y sus polémicas
El celibato consiste en realizar un voto de castidad para siempre, que implicará la renuncia absoluta del placer sexual, el sacerdote católico no podrá casarse, ni mantener ni ningún tipo de relación íntima ni sentimental con nadie.
Este voto debe respetarse y faltar a él implicará una gravísima falta al compromiso contraído con Dios, que por supuesto será castigado, incluso con la expulsión de la iglesia.
El tema del celibato es un punto que se encuentra en constante discusión y es foco de polémicas, ya que muchos consideran que este es el desencadenante de casos de abuso sexual dentro de la iglesia.
Quienes se oponen a este consideran que la represión sexual, de un instinto tan natural puede desencadenar que los religiosos terminen por abusar de aquellos fieles más vulnerables, como niños y jóvenes.
Por supuesto que hay otros factores que inciden en esta cuestión tan grave del abuso, sin embargo, suele señalarse al celibato como una causa determinante.
Cabe destacarse que este término presenta una gran variedad de sinónimos, en tanto, para los sentidos mencionados nos encontramos con los más usados que son organizar y mandar. Mientras tanto, la palabra que directamente se opone es la de desordenar, que propone lo diametralmente opuesto: desarreglar algo y alterar de ese modo el orden que tenía.
Trabajo publicado en: Ene., 2013.
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