Definición de Partes del Sol
El Sol es una estrella singular, pues proporciona la luz y la energía necesaria para que sea posible la vida en nuestro planeta. Si no existiera, la Tierra no tendría vida. Por otra parte, el Sol es el eje de nuestro sistema planetario. Todos los planetas giran a su alrededor por la fuerza gravitacional que ejerce sobre ellos.
Su composición
En su centro el Sol tiene un potente «reactor nuclear» en el se producen temperaturas de 15 millones de grados centígrados y donde el oxígeno se transforma en helio en una reacción en cadena continuada. Cuando los núcleos de hidrógeno se fusionan para producir núcleos de helio se produce una pequeña pérdida de masa y esa materia se descarga en forma de energía que proporciona el brillo solar que percibimos.
En su núcleo tiene una gran densidad, concretamente es diez veces más denso que el plomo. La energía que allí se descarga tarda unos 10.000 años en alcanzar la superficie. En cuanto a su composición, tiene un 70% de hidrógeno, 28% de helio y un 2% de elementos pesados, principalmente hierro. Por lo tanto, no se trata de una superficie sólida.
Distintas capas solares
El Sol incluye seis capas diferenciadas y todas ellas funcionan como un todo armónico para proporcionar luz y calor. Cada capa afecta a las otras produciendo la necesaria estabilidad para que su masa permanezca unida y compacta.
Las capas incluyen un núcleo interno, una zona radiante, una zona de convección, una fotosfera, una cromosfera y una corona
Al observarlo desde la Tierra apreciamos la fotosfera y el resto de capas constituyen la zona interna del Sol. Las capas por debajo de su superficie son más densas a medida que se incrementa la profundidad. Por otro lado, las capas son más calientes a medida que aumenta la profundidad debido a que el calor del Sol tiene lugar en el núcleo y posteriormente fluye hacia el exterior.
Cada una de sus capas tiene una función en la producción de calor. La zona del núcleo mantiene todo el gas que lo rodea y de esta forma se evita su colapso. La zona radiante y la de convección mantienen la presión contra el núcleo. La fotosfera es la capa de la que la Tierra recibe la luz y el calor. La cromosfera emite la mayor parte de la luz en la zona ultavioleta del espectro. Finalmente, la corona permite la distribución de la luz y el calor que llegan a la Tierra y a los demás planetas a través de los vientos solares.
Fotos: Fotolia – Vadar / Satori
Trabajo publicado en: Mar., 2017.
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