Definición de Presidente

El término presidente se utilizó desde siempre para designar a la persona que dirige una reunión, una asamblea o una sesión, aunque en el último tiempo y más desde que los Estados Unidos institucionalizaron el concepto en su constitución nacional, se lo reconoce más como la palabra que designa a la persona elegida para detentar el máximo cargo ejecutivo de un país. Y gracias a esto también el concepto ha evolucionado para otros órganos u organismos públicos como pueden ser la cámara de diputados, la de senadores, Corte suprema de justicia, entre otros, o el máximo directivo de una empresa, sociedad, universidad o institución pública o privada, que también utilizan el concepto de presidente para designar a sus máximos responsables.

En tanto, el presidente de un país no siempre detenta las mismas obligaciones y derechos que sus pares; esto va a depender del tipo de régimen de gobierno en el cual se ubique el país que lo eligió como presidente. Asimismo, la modalidad de elección de esta autoridad depende de la estructura política e institucional de cada Estado. Así, en muchas naciones modernas, el puesto de presidente se define mediante el voto universal de los ciudadanos mayores de edad. En cambio, en los sistemas políticos de partido único, el presidente es nombrado en el marco de un acuerdo interno, como ocurre en las naciones comunistas.

En el régimen republicano, el jefe de estado es el jefe del gobierno también; esta máxima autoridad recibe el nombre de presidente, puede ser elegido por el voto popular, el congreso o el parlamento y puede durar en sus funciones entre 4 u 8 años, según corresponda. En muchas ocasiones, es el responsable de todas las decisiones ejecutivas, tal es el caso de Estados Unidos y Argentina. En algunos países, es posible que el presidente pueda volver a ser electo para continuar desempeñando sus funciones; en general, este recurso de la reelección es limitado a un período presidencial, para evitar el riesgo de perpetuación en el poder que parece antagónico del genuino espíritu republicano.

En tanto, en un una república parlamentaria, el presidente será el encargado de la designación de un premier o primer ministro, en sintonía con el parlamento, pero carece de cualquier tipo de función ejecutiva. En este contexto, sólo firmará leyes o decretos y podrá disolver el parlamento, en el marco de un acuerdo previo con el primer ministro. Esta situación de gobierno se da muy frecuentemente en aquellos países que cambiaron el régimen monárquico por el republicano; en este marco, Inglaterra ha sido una nación pionera, en especial después de la revolución del siglo XVII. Muchas monarquías constitucionales modernas han adoptado esta estrategia de gobierno, como se describe en España.

Y también está la forma de gobierno semipresidencial, como es el caso de Francia, en donde el presidente además de compartir algunas funciones con el primer ministro desempeña un rol fundamental en la defensa nacional y las relaciones exteriores.

Por otra parte, en los países organizados desde un enfoque federal, como Estados Unidos, Argentina, México o Brasil, cada uno de los estados que forman parte de la unión cuenta con una estructura propia de gobierno, con dependencia del poder central. Además del presidente con juridicción sobre la totalidad de la nación, estos estados disponen de un gobernador cuyas atribuciones son, a nivel local, similares a las que ostenta el presidente en términos de toda la federación.

Vale destacar que ciertos estados republicanos carecen de presidente. Es el caso de países como Australia, antigua colonia británica e integrante del Commonwealth. En este caso, la nación reconoce al monarca de Inglaterra como su «jefe de estado», a título simbólico, pero es elegido un primer ministro por medio del sufragio de los habitantes del país para desempeñar un cargo análogo al de presidente.

Finalmente, es necesario advertir que algunas dictaduras designan a su líder con el nombre de «presidente», en un intento por preservar aspectos formales en el ámbito de la política internacional. Este es el caso de distintos países del África, así como lo fue para distintos regímenes despóticos en otras partes del mundo, como América Latina, las antiguas repúblicas soviéticas y algunos estados del Asia y Medio Oriente.