Definición de Relación interespecífica

David Alercia
Licenciado en Biología

Las especies de un ecosistema interactúan entre ellas de varias maneras, a lo que se conoce como relaciones interespecíficas. Las interacciones entre organismos de diferentes especies son muy importantes para la supervivencia y la evolución de la biodiversidad. Determinan el funcionamiento de los ecosistemas y en ocasiones, las asociaciones entre especies son tan fuertes que una especie no puede sobrevivir sin la otra, y este vínculo se mantiene a lo largo de la evolución, forjando un camino evolutivo conjunto de las especies socias.

Los seres vivos no viven aislados, ningún ser vivo sobreviviría solo: depende para su subsistencia, al igual que nosotros, de la existencia de una serie de recursos naturales (como el agua) y de la existencia de otras especies (por ejemplo, los carnívoros dependen de los herbívoros, y estos dependen de las plantas).

Podríamos pensar en los ecosistemas como una red de relaciones que se establece entre todos los elementos que coexisten en él. En esta red, cada uno de los elementos bióticos y abióticos son como los nudos de una red de pesca. De ellos surgen hilos que los unen con otros puntos.

Clases de relaciones interespecíficas

Las interacciones entre las especies pueden agruparse en función del beneficio o perjuicio que provocan en los organismos de las especies participantes.

En el caso de que haya un beneficio mutuo, es decir, que los dos organismos se beneficien, la relación se llama mutualismo. Un caso extremo de mutualismo es la simbiosis, en la que la relación entre los organismos es tan estrecha que no pueden vivir separados. Otras veces, solo una de las especies obtiene un beneficio, pero sin perjudicar ni beneficiar al otro organismo. En estos casos, la relación se denomina comensalismo.

En el otro extremo, una de las especies obtiene un beneficio a costa de la otra, que sale perjudicada. Hay tres relaciones de este tipo: la predación, el parasitismo y la competencia.

Mutualismo: beneficio mutuo

En el mutualismo ambas especies se benefician sin depender completamente una de la otra. Es una relación de cooperación. La cooperación es tan importante como la competencia en la dinámica de los ecosistemas.

Los insectos polinizadores que visitan las flores obtienen néctar y polen para su alimentación, y a cambio, trasladan el polen de una flor a otra, y así la planta es polinizada, lo cual facilita su reproducción.

En esta asociación los beneficios son evidentes para ambas partes, pero tanto las plantas como sus insectos polinizadores pueden sobrevivir sin el otro. La planta puede ser polinizada por otros insectos, y a la vez, el insecto puede visitar otro tipo de flores, por lo tanto, la relación no es exclusiva y la existencia de ambas especies no está completamente entrelazada.

La simbiosis es un mutualismo más estrecho, exclusivo y a largo plazo entre dos especies diferentes. Cada uno de los participantes se conoce como simbionte.

Los líquenes son asociaciones simbióticas entre un alga verde y un hongo. Una especie de alga puede asociarse a una o pocas especies de hongos, y lo mismo ocurre con el hongo. Ambos organismos asociados pueden vivir en ambientes en los que ninguno de los dos podría vivir por su cuenta.

Comensalismo

En el escenario del comensalismo, una especie se beneficia mientras la otra simplemente observa sin ser afectada ni negativa ni positivamente.

Algunos ejemplos de comensalismo se observan entre las aves y los árboles. El ave utiliza el árbol para construir su nido. Los pájaros carpinteros nidifican en huecos que hacen en los árboles. Después de que el dueño original ha abandonado su nido, otras especies de aves pueden aprovechar esos huecos para hacer sus propios nidos.

En estos ejemplos, el ave se beneficia de su relación con el árbol, dado que obtiene refugio, pero para la planta, la relación es neutral. En el caso de los pájaros carpinteros, las otras aves utilizan el hueco solo cuando el carpintero los ha abandonado, por lo que tampoco lo perjudican ni lo benefician directamente.

Parasitismo, predación y competencia: ganancia a expensas de otro.

En estas relaciones, el beneficio no es mutuo; más bien, una especie obtiene ventajas a expensas de la otra. Ya sea a través de la explotación directa o el consumo de recursos, estas interacciones destacan la naturaleza competitiva y, a veces, brutal de la vida en la Tierra.

Parasitismo

El parasitismo es una relación donde una especie, el parásito, se beneficia a expensas de otra, el hospedador o huésped.

Los parásitos se alimentan de los fluidos corporales o del cuerpo de su huésped, pero no llega a matarlo; salvo en casos extremos de infestación (muchos parásitos atacan a un solo huésped). El parasitismo puede ser una relación muy específica: un parásito puede atacar solo a una especie de huésped. Matar al huésped no es una buena estrategia para ningún parásito, porque si el huésped muere, el parásito también morirá.

Un ejemplo común son las garrapatas, de las cuales hay muchas especies, pero los huéspedes de la mayoría de ellas son mamíferos. La garrapata se alimenta de la sangre del mamífero, mientras que el mamífero sufre molestias, debilidad e incluso problemas de salud como la anemia o enfermedades trasmitidas por las garrapatas.

Los insectos hematófagos son los que se alimentan de sangre, y un buen número de ellos son parásitos de los humanos, como los piojos, las pulgas y los mosquitos, entre muchos otros.

Predación

En la predación, una especie, el depredador, caza, mata y consume a otra, la presa. Este proceso es vital para el equilibrio de los ecosistemas y la regulación de las poblaciones.

La predación es una fuerza impulsora de la evolución y la adaptación en la naturaleza, ya que las presas desarrollarán adaptaciones para evitar ser cazadas mientras que los predadores tenderán a hacerse mejores cazadores.

Competencia

Aquí, dos especies compiten por el uso del mismo recurso. En ocasiones, las dos especies son igualmente buenas para explotar el recurso, entonces, finalmente, la competencia acaba en que el recurso es compartido entre ambas. En otras oportunidades, una de las especies es mejor competidora que la otra, y la especie más débil puede resultar excluida. Esto se denomina exclusión competitiva.

La competencia puede fomentar la evolución. Pueden aparecer adaptaciones ecológicas para evitar los contantes choques y conflictos, como la especialización en recursos diferentes, o, por ejemplo, en el caso de dos especies de predadores que compiten por la misma presa, pueden adaptarse a comer otro tipo de presas para reducir la competencia entre ellos.

Las relaciones interespecíficas (cualquiera de ellas) pueden dar lugar a la coevolución, donde las especies desarrollan características específicas en respuesta a la presencia de la otra especie.

 
 
 
Por: David Alercia. Licenciado en Biología por la Universidad Nacional de Córdoba, especializado en gestión ambiental, y trabaja en turismo científico.

Trabajo publicado en: Ene., 2025.
Datos para citar en modelo APA: Alercia, D. (enero, 2025). Definición de Relación interespecífica. Significado.com. Desde https://significado.com/relacion-interespecifica/
 

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