Definición de Violencia
Profesora en Filosofía
1. La violencia es cualquier acto de intimidación física y/o psicológica utilizado para subyugar a alguien a través del miedo.
2. Uso la fuerza física de manera bruta e intensa, independientemente del uso de un objeto que sirva como arma, con la intención de causar daño. Ejemplo: ‘Motivados por su fanatismo deportivo, los grupos de hinchas organizados suelen protagonizar episodios de violencia en los partidos’.
3. Excesiva manifestación de fuerza. Ejemplo: ‘La violencia de la lluvia asoló la ciudad’.
4. Por extensión de significado. Acción delictiva y/o de violación de los derechos de un individuo. Ejemplo: ‘La violencia creció e intensificó en el norte del país’.
Etimología: Por el latín violentia, sobre el adjetivo violentus, asociado a vehemente, documentado en los modos vehĕmens, vehĕmentis, con base en el verbo violāre, sobre la raíz en el término vīs, de ‘fuerza’, ‘vigor’.
Cat. gramatical: Sustantivo fem.
En sílabas: vio-len-cia.
Violencia
El término violencia proviene del latín violentia, cuya significación transmite “actuar con abundante fuerza o vigor”; a su vez, de la misma raíz, vīs, que se traduce como ‘fuerza’), deriva el verbo violāre, que remite a ‘violar’, ‘agredir’. Existe cierto consenso entre diversas disciplinas que se dedican al estudio de la violencia respecto de la definición de ésta como un ejercicio de la fuerza, sea o no física, implícita o explícitamente, con el objetivo de obtener algo sin el consentimiento o en contra de la voluntad de otro individuo, causándole así un daño.
La complejidad del fenómeno de la violencia, así como la multiplicidad de los campos disciplinares a los que atañe su estudio, hace que, en muchos casos, se hable de violencias antes que de la violencia en singular: a saber, violencia física, simbólica, psicológica, estructural, institucional, etcétera. Cabe señalar que ciertas formas de violencia no consisten en el ejercicio de la fuerza de un sujeto particular sobre otro, sino que se producen de manera difusa. Este es el caso, por ejemplo, de la idea de la violencia simbólica —desarrollada por Pierre Bourdieu (1930-2002)—, que implica la internalización, en el marco de relaciones de dominación, de los esquemas de pensamiento y valoraciones del actor dominante, por parte de los sujetos dominados.
Violencia individual y violencia estructural
De manera general, puede afirmarse que el ejercicio individual de la violencia responde al desarrollo de ciertas condiciones de posibilidad que lo hacen posible, usualmente, menos evidentes que el acto de agresión explícito como resultado final de una cadena de violencias previas. En este sentido, las causas del acto violento —localizado en el tiempo y el espacio y ejercido por actores concretos—, se inscriben en contextos históricos y sociales más amplios.
Así, respecto de la agresión manifiesta, existe una tendencia a buscar su explicación en los rasgos de carácter, psicológicos o de personalidad del agresor —o, incluso, de la propia víctima—, de modo tal que se pierden de vista las condiciones estructurales de diverso signo (económico, político, racial, patriarcal) que subyacen a tales comportamientos.
Violencia de género
Se entiende por violencia de género a cualquier conducta de agresión, sea física o psicológica, ejercida sobre una persona por razón de su sexo, género, orientación o identidad sexual, tanto en el ámbito privado como en el ámbito público.
Durante años, los casos de violencia de género, llegando al extremo del feminicidio, fueron presentados —fundamentalmente, por la prensa— bajo la figura del “crimen pasional”, desatado por celos o infidelidad como principales móviles. Esta conceptualización asignaba como causa de tales episodios los arrebatos pasionales, de locura o emoción violenta de los agresores, suscitados por acciones de las víctimas. En la actualidad, dicha fundamentación de los actos violentos contra las identidades no hegemónicas es ampliamente puesta en cuestión, como resultado del análisis de la violencia en términos estructurales.
En línea con esta lectura, la violación de los derechos humanos de dichas personas se entiende como sistemática y como resultado de un orden social dentro del cual las mujeres (entre otras identidades) son consideradas objetos utilizables y desechables. La antropóloga Rita Segato (1951) explica la violencia femicida en el marco de una desigualdad estructural entre hombres y mujeres, la cual se concreta en crímenes interpersonales, pero responde a un sistema impersonal, en el que el abuso y la agresión sobre los cuerpos femeninos forma parte de la construcción simbólica de la masculinidad hegemónica.
La violencia como anulación del otro
La violencia, en un sentido amplio, puede ser explicada a partir de la construcción de relaciones sociales fundamentadas en la negación del otro, es decir, en la anulación de la diferencia. Distintas violencias —como la violencia cultural, simbólica, sexual, religiosa— comparten como rasgo distintivo la desigualdad en el reconocimiento de otras formas de vida diferentes a la que es considerada “normal” desde la perspectiva del poder.
El otro, por el hecho de ser diferente, es entonces calificado como un sujeto peligroso, al que se debe temer, que no merece respeto y, en el caso más extremo, que debe ser aniquilado.
Siga en Violencia (parte 2)
Art. actualizado: Sept. 2022; sobre el original de febrero, 2010.
Referencias
Martínez Pacheco, A. (2016). La violencia. Conceptualización y elementos para su estudio. Política y cultura, (46), 7-31.Angélico, R., Dikenstein, V., Fischberg, S., & Maffeo, F. (2014). El feminicidio y la violencia de género en la prensa argentina: un análisis de voces, relatos y actores. Universitas humanística, (78), 281-303.
Escriba un comentario
Contribuya con su comentario para sumar valor, corregir o debatir el tema.Privacidad: a) sus datos no se compartirán con nadie; b) su email no será publicado; c) para evitar malos usos, todos los mensajes son moderados.