Definición de Aprovechamiento

La palabra aprovechamiento se emplea para expresar la obtención de algún tipo de beneficio o de provecho, generalmente en vinculación con el desarrollo de alguna actividad, a nivel personal, en un negocio, o empleo, entre otras alternativas.

Logro de un beneficio por desarrollar una tarea, llevar a cabo un negocio y que reporta una ventaja

El beneficio, entonces, resulta ser una utilidad o ventaja que se consiguió.

Normalmente, se emplea a instancias de un contexto económico para designar la ganancia obtenida tras la concreción de un negocio, de un ascenso, entre otras posibilidades.

Cualquier actividad empresarial que se desarrolle tiene como misión prioritaria el logro de un beneficio económico: por ejemplo maximizar las ventas, el ingreso de divisas, entre otros, y ese beneficio será el efecto que se consigue por la diferencia entre los ingresos logrados y los gastos que se giraron en ese camino.

Siempre, para conseguir un beneficio en este ámbito será necesario desarrollar una estrategia comercial, debidamente estudiada y orientada al éxito.

Esto implica tener un acabado conocimiento del mercado, de los competidores, de lo que necesita el potencial consumidor, entre los principales puntos.

Actividades como la comunicación y el marketing ayudan en este sentido y resultan herramientas claves para no fallar, ahora bien, no son infalibles ojo, pero generalmente dan buenos resultados.

Debemos señalar también que habitualmente esos beneficios que se consiguen se reinvierten en la empresa para seguir consiguiendo más y más beneficios.

Aunque, no únicamente en este ámbito se emplea la palabra, en otros órdenes, como el social, o en el ámbito de la construcción, es posible que nos encontremos con este término.

Utilizar la amistad o conocimiento de alguien con poder para lograr un rédito

En el aspecto social, el aprovechamiento puede estar dado por ejemplo por la amistad que mantengamos con una persona influyente o trascendente, la cual nos podría reportar concretos beneficios en el caso del acceso a lugares exclusivos que solamente se permite que pasen las personalidades y no la gente ordinaria, de conseguir un empleo en un lugar relevante, de disponer de una holgura económica, entre otras.

Las personas con poder y autoridad en el ámbito que sea, político, social, económico, deportivo, cultural, entre otros, despiertan en la gente común y en allegados, un interés adicional, obviamente especialmente en aquellos advenedizos de su fama y potestad, o que quieren acercarse para sacar algún tipo de ventaja que mejore su situación.

Esta es una situación muy corriente que podemos apreciar y que normalmente no termina de la mejor manera, porque cuando hay un interés económico, siempre ello se pondrá delante de lo afectivo y dañará la relación.

A este escenario se lo conoce popularmente como aprovechamiento de alguien, y por supuesto está muy mal visto por aquellas personas morales y éticas, que no ven con buenos ojos, que alguien se acerque a otro solamente para sacarle alguna ventaja.

Lamentablemente es algo muy común en la vida, y causa mucho más rechazo cuando el aprovechamiento se realiza con alguien vulnerable o que no puede tomar cuenta de esa realidad de abuso, por ejemplo, un anciano, o una persona con alguna enfermedad mental.

El término presenta varios sinónimos que pueden ser usados en su lugar como ser: beneficio, producción, explotación….

Mientras tanto, se opone directamente a conceptos como los de desperdicio y desaprovechamiento, que justamente suponen un mal empleo de los recursos que se emplearon.

Urbanismo: Superficie de techo con posibilidad de edificación

Y en el área del urbanismo, el concepto aprovechamiento urbanístico designa a aquella superficie de techo edificable que facilita el planeamiento urbanístico sobre un determinado lugar, admitiendo todo tipo de uso y destacando a cada parte de la superficie implicada con la correspondiente relación de valor lucrativo y el uso predominante en el ámbito en cuestión.

Cabe destacar que se trata de un valor económico y se obtiene multiplicando el precio del metro cuadrado en el momento del cálculo por la cantidad de metros existentes.