Qué es Astenosfera
La corteza terrestre puede entenderse como la piel de la Tierra, que tiene un espesor de unos 35 kilómetros. Por debajo de esta capa superficial hay otras capas que conforman nuestro planeta. En otras palabras, entre el núcleo de la Tierra y su corteza existen niveles distintos.
Si partimos desde el interior, las capas de la Tierra son las siguientes: el núcleo, el manto y finalmente la corteza. Todo ello conforma la denominada geosfera. Esta clasificación es de carácter general, ya que existen estructuras intermedias. De hecho, la astenosfera es la capa que se encuentra situada entre el manto superior y la litosfera.
La astenosfera, que en griego significa esfera débil, se encuentra entre unos 100 y 200 kilómetros por debajo de la superficie terrestre y tiene un espesor de unos 600 kilómetros
En cuanto a su composición, está formada por roca dúctil y ligeramente líquida.
La astenosfera recoge el calor de la mesosfera y lo proyecta hacia la litosfera a través de un sistema de convección, lo que se puede comparar con el proceso de ebullición del agua.
La masa de la astenosfera es de tipo viscoso, por lo que algunos geólogos dicen que la litosfera «flota» sobre la astenosfera. Esta característica tiene implicaciones, ya que esta movilidad afecta a los cambios de las placas tectónicas que se producen en la litosfera, en la deriva continental y en la formación de los volcanes.
En la parte superior de la astenosfera se produce un aumento de la temperatura y de la presión, lo cual explica que las rocas se encuentren fundidas.
La astenosfera y la isostasia
El hecho de que la astenosfera permita un cierto equilibrio en la litosfera explica un fenómeno muy relevante de la Tierra, la isostasia. La isostasia expresa el equilibrio de la corteza terrestre, el cual viene dado por los distintos niveles de densidad que se producen en las capas del interior de la Tierra.
Este equilibrio terrestre no es absoluto, ya que puede alterarse por los movimientos tectónicos
En la geología como disciplina científica, la teoría isostática sostiene que las montañas no son el resultado de un exceso de carga sobre la superficie sino que su origen se debe a los movimientos que se producen en las capas del interior, tanto en la litosfera como en la astenosfera.
La isostasia nos indica el complejo equilibrio de nuestro planeta como estructura global. Esto implica, entre otras cosas, que en las cadenas montañosas encontremos un mecanismo de compensación equivalente al del nivel de flotación que se produce en un iceberg.
Fotos: iStock – croreja / Yuri_Arcurs
Trabajo publicado en: Ene., 2016.
Escriba un comentario
Contribuya con su comentario para sumar valor, corregir o debatir el tema.Privacidad: a) sus datos no se compartirán con nadie; b) su email no será publicado; c) para evitar malos usos, todos los mensajes son moderados.