Definición de Basílica
El término basílica proviene del latín y empezaron a popularizarlo los romanos que, a su vez, lo adoptaron del griego (para los griegos la basílica era la sala rectangular en la que estaba situado el trono de los reyes).
Con la asimilación del cristianismo a la civilización romana, el término basílica dejó de emplearse en el ámbito civil y adquirió su actual significado como edificio religioso (las basílicas romanas estaban destinadas a la actividad comercial o como sala de justicia).
De entrada, el uso de la palabra basílica presenta una dificultad, ya que no hay una definición exacta y precisa sobre este tipo de edificaciones religiosas destinadas al culto. De esta manera, es fácil que se establezca una cierta confusión entre este término y otros similares, por ejemplo, catedral, iglesia, santuario o ermita. Todos ellos cumplen una misma función y no son excluyentes entre sí, pues su denominación depende de la consideración oficial que determine la autoridad religiosa (en el caso de la iglesia católica, sería la Santa Sede).
Características generales de las basílicas
Desde un punto de vista arquitectónico, religioso e histórico la basílica presenta una serie de rasgos:
– La planta de la basílica tiene una forma de paralelogramo, presentando un pórtico en un extremo y un ábside en el otro.
– Presenta un pasillo central que está acompañado de columnas a ambos lados, siendo el techo de la nave principal de mayor dimensión que las naves adyacentes.
– La denominación de una iglesia como basílica depende del valor histórico y espiritual que se otorgue a una iglesia y como criterio general en la mayoría de casos cada basílica tiene una puerta santa, que solamente se utiliza en ocasiones especiales.
– Según la tradición de la Santa Sede, cuando una iglesia recibe el título de basílica debe haber unas señales o insignias que sean visibles en el templo y que acrediten esta distinción (hay tres insignias: una sombrilla de colores conocida como umbrella basílica, una imagen del patrono o tintinábulo y el escudo de armas).
– En la terminología propia de la iglesia católica se establece una distinción sobre estas edificaciones: las basílicas mayores, que son cuatro y están ubicadas en la ciudad de Roma (la de San Pedro, la de San Juan de Laterano, Santa María la Mayor y la de San Pablo) y, por otra parte, el resto de ellas (también conocidas como basílicas menores).
– Todas las basílicas suelen tener una dimensión simbólica e histórica (es lo que sucede con la Basílica de la Natividad en Belén, edificada en el siglo lV de nuestra era en el lugar en el que se considera que nació Jesucristo).
Trabajo publicado en: Jul., 2015.
Escriba un comentario
Contribuya con su comentario para sumar valor, corregir o debatir el tema.Privacidad: a) sus datos no se compartirán con nadie; b) su email no será publicado; c) para evitar malos usos, todos los mensajes son moderados.