Definición de Biopolítica
Profesora en Filosofía
La biopolítica es la forma que asume el poder político cuando toma por objeto la vida biológica de los seres humanos que conforman una población. Ha sido uno de los conceptos más trascendentes de la obra del filósofo francés Michel Foucault (1926-1984), presentando distintos matices a lo largo de su producción teórica.
Génesis y desarrollo del concepto
El término biopolítica fue acuñado inicialmente por el politólogo sueco Rudolf Kyellen (1864-1922), para hacer referencia a una concepción organicista de la sociedad, el estado y la política, de acuerdo con la cual el estado se identifica con un organismo biológico, cuyas “patologías” deben ser atendidas por la política. Hasta la década del setenta, éste había sido el significado predominante del término. A partir de entonces, Foucault lo retoma bajo otro sentido, utilizándolo para hacer referencia al modo en que, en la modernidad, el gobierno estatal asume la gestión de la vida biológica del ser humano.
La biopolítica foucaultiana
En el corpus teórico foucaultiano, la primera formulación articulada del concepto de biopolítica aparece en la obra La voluntad de saber (1976), para explicar la transformación de los mecanismos del poder a partir del siglo XVII. Hasta entonces, el poder se ejercía bajo la forma del derecho soberano de hacer morir y dejar vivir; es decir, el poder soberano era aquél que estaba legitimado para dar muerte a su discreción, mientras que dejaba vivir a quienes se mantuvieran bajo los límites disciplinarios establecidos.
En adelante, el poder se organiza bajo dos formas complementarias, centradas en la vida biológica: las disciplinas del cuerpo humano, que conforman una anátomo-política, cuyo objeto son los cuerpos individuales; y, hacia el siglo XVIII, una biopolítica, cuyo objeto es el cuerpo en tanto viviente y en tanto elemento de una población caracterizada por su pertenencia a la especie humana. En este sentido, el principal objeto de la biopolítica será la gestión de los cuerpos vivos a partir de variables que describen los procesos biológicos de la población: las tasas de nacimiento, mortalidad, esperanza de vida, etc.
Entre La voluntad de saber y Hay que defender la sociedad (1976) —si bien son textos contemporáneos entre sí—, se presenta una conceptualización diferente de la relación entre soberanía y biopolítica, en la medida en que, en el primer caso, dicha relación aparece como una complementación posible; mientras que, en el segundo, el vínculo se plantea en términos oposicionales.
Por otra parte, en Seguridad, territorio y población (1978) y en El nacimiento de la biopolítica (1979), se plantea la cuestión de la biopolítica en el contexto de la racionalidad del estado moderno, específicamente bajo el régimen de la razón gubernamental del liberalismo.
En cualquier caso, cabe señalar que el concepto de la biopolítica no supone ni una categoría general de análisis, aplicable a cualquier momento histórico indistintamente, ni tampoco describe la “superación” de una época previa, signada por el poder soberano. Consiste, más bien, en un método de lectura de las prácticas políticas de la modernidad en su especificidad, tomando en consideración la memoria de las luchas sociales y prescindiendo de las categorías universales tradicionales propias de la historiografía.
La concepción de la biopolítica posterior a Foucault
Otro de los autores que ha elaborado un importante desarrollo del concepto de la biopolítica ha sido el filósofo italiano Giorgio Agamben (1942), quien la ubica, a diferencia de Foucault, como un elemento fundamental desde el nacimiento de la política de Occidente. Su lectura se centra sobre el análisis del entramado jurídico-político de la Antigüedad, el cual se apoya sobre la diferenciación entre la vida desnuda (la vida en su sentido biológico) y la vida en el contexto de la polis y la ciudad-estado romana. La argumentación agambeniana sostiene que la esfera de la política se funda sobre la exclusión paradójica de la vida biológica que, al considerarse por fuera de la comunidad política, queda a disposición del poder soberano y, por lo tanto, fuera del amparo de la ley, bajo un permanente estado de excepción. En este sentido, toda la política occidental es, en última instancia, una biopolítica, puesto que su condición de posibilidad radica en la lógica de exclusión de la nuda vida, que justifica el poder de soberanía.
Trabajo publicado en: May., 2022.
Referencias
Castro, E. (2008). Biopolítica: de la soberanía al gobierno. Revista latinoamericana de filosofía, 34(2), 187-205.Rozas, C. M. (2012). Biopolítica en el mundo contemporáneo. Revista sociedad y equidad, (3).
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