Definición de Bullicio
El sustantivo bullicio se corresponde con el verbo bullir que, como todos sabemos, es el estado en el que un líquido puesto al fuego (por ejemplo, el agua) rompe a hervir. Si pensamos en el ruido que se produce en la acción de ebullición, éste se parece bastante el sonido de varias personas hablando, es decir, al bullicio que generan. No olvidemos, por otra parte, que también existe la expresión «armar bulla», que equivale a jaleo. Al mismo tiempo, para referirnos a un ambiente ruidoso utilizamos el adjetivo bullicioso.
Lugares con bullicio
El bullicio se produce normalmente en aquellas circunstancias en las que un grupo de personas se reúnen en una ambiente lúdico, por ejemplo, en un partido de fútbol, en el patio de un colegio o en un local destinado al ocio. Hay otros contextos en los que también se da este fenómeno: en las manifestaciones callejeras, en algunas reuniones multitudinarias o en los mercados al aire libre. Se puede afirmar que el bullicio es algo propio de todos aquellos eventos en los que se congregan muchas personas.
Cuando pensamos en una opción para el entretenimiento tenemos dos alternativas: propuestas con ambientes bulliciosos (por ejemplo, una discoteca) o actividades basadas en la tranquilidad (un paseo por el casco viejo de una ciudad).
El bullicio se oye pero no se escucha
La acción de oír y la de escuchar tienen un parecido pero son, en realidad, muy diferentes. Mientras escuchar implica entender unos sonidos, en la acción de oír no se entiende nada en concreto, simplemente se percibe un ruido. En consecuencia, el ruido que emiten un grupo de personas reunidas se oye pero se escucha. Cuando escuchamos algo estamos captando con claridad un mensaje, pues prestamos atención a ello. En cambio, al oír estamos percibiendo de manera involuntaria, por lo que no sabemos qué se está diciendo.
Efectos negativos del bullicio
La vida cotidiana en las grandes ciudades está asociada a situaciones ruidosas y bulliciosas. Esto produce un cierto nivel de incomodidad. Para huir del bullicio, buscamos ambientes tranquilos y alejados de la multitud. Por ello, es habitual que los que viven en grandes urbes los fines de semana busquen una desconexión con el bullicio urbano (excursiones por la montaña y lugares tranquilos sin ruidos).
Si una persona vive junto a una zona de ocio nocturno previsiblemente va a sufrir una serie de consecuencias, básicamente estrés, insomnio y ansiedad. Esto se produce porque la contaminación acústica genera un evidente malestar en el organismo.
Fotos: iStock – zoranm / gradyreese
Trabajo publicado en: Dic., 2015.
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