Definición de Caos
Profesora en Filosofía
En el habla corriente, el caos es el estado de máximo desorden o confusión, relativo a lo absolutamente impredecible. En ciencias como la física o la matemática, la teoría del caos hace referencia al comportamiento en apariencia errático de ciertos sistemas dinámicos, cuyo estado es indefinido respecto de las condiciones iniciales tomadas como punto de referencia.
El Cháos griego
La palabra está marcada por el latín chaos, respecto del griego cháos, cuyo significado remite a “entreabrirse” en alusión a un espacio vasto, con raíz en cha-, acortado de chaínein, por “abrir”. En este marco, el cháos griego es el espacio que se forma al abrirse algo (Ezquerra Gómez, 2009). Según Hesíodo, del caos proviene la realidad misma, es decir, de él brota el cosmos. El caos designa una apertura, la emergencia de un ámbito en el cual se da espacio para que algo surja, para que aparezca un orden en el seno de lo indeterminado.
La figura del caos, en la Grecia antigua, se asocia fundamentalmente a lo político. El caos aparece como el espacio que se abre al interior de la pólis, es decir, de la ciudad, a través del cual es posible que surja un orden. De esta manera, el caos es la apertura que da lugar al ágora, espacio donde los ciudadanos se reúnen para discutir y decidir sobre el ordenamiento de lo político, es decir, de los asuntos de la vida comunitaria. En este sentido, hay una relación paradójica esencial entre el caos y la política, en tanto el caos es lo que da paso al espacio de lo político mismo. Tal “espacio vacío” en el centro de la ciudad, como espacio primordial, es la apertura originaria que funda el espacio de la comunidad política: no puede haber cosmos, ordenamiento, sin caos, espaciamiento desordenado. Tal indeterminación primigenia es lo que funda cualquier determinación ulterior.
En su sentido político profundo, la teoría del caos griego nos permite entender que ningún orden puede llegar a conformar una totalización absoluta, pues siempre existe un espacio abierto ineludible sobre el que se funda permanentemente el orden. Esto significa que la institución de lo político no ocurre de manera definitiva y única, sino que se trata de un proceso que se da permanentemente al interior de la comunidad. La participación comunitaria en la vida ciudadana recrea constantemente el espacio de lo civil.
La teoría del caos en la ciencia
También conocida como teoría de las estructuras disipativas, se originó principalmente en el campo de la física, aunque no atañe exclusivamente a esa disciplina. Se trata de una visión indeterminista, que se contrapone a la visión determinista tradicional sobre el cosmos sostenida, por ejemplo, por la teoría newtoniana, y conocida también bajo las teorías del determinismo laplaciano.
Hacia fines del siglo XIX, el determinismo, es decir, la idea de que el comportamiento de los sistemas mecánicos debía ser regular y predictible, de modo tal que podía ser descripto por ecuaciones diferenciales, entra en crisis, a partir de que Henri Poincaré (1854-1912) demuestra que algunos sistemas regidos por fórmulas podían evolucionar de manera irregular. Años más tarde, Edward N. Lorenz (1917-2008) logra calcular dicho comportamiento mediante ecuaciones y lo denomina “caótico”. Una característica decisiva de este tipo de sistemas consiste en que el comportamiento caótico no responde a factores externos, sino que es resultado exclusivamente de su dinámica interna.
En rigor, la teoría del caos no es una teoría exclusivamente física, sino que permite describir el comportamiento caótico de sistemas de muy diversa índole, por ejemplo, biológicos, químicos o económicos.
Polémicas en torno a la teoría del caos
Existe una discusión en torno a la definición de caos, por la cual se ha argumentado que la imposibilidad de la predicción no es suficiente para caracterizar adecuadamente al comportamiento caótico de un sistema, sino que la definición del concepto depende de las ecuaciones que describen a la dinámica caótica. En este sentido, la teoría del caos se considera una teoría matemática, por lo que su definición, estrictamente, dependería entonces del tipo de ecuación en cuestión.
Trabajo publicado en: Mar., 2022.
Referencias
Ezquerra Gómez, J. (2009). Pólis y Caos. El espacio de lo político. En: Res publica, V. 21, (ene-jun); Madrid, pp. 21-37.Lombardi, O. (1998) La teoría del caos y el problema del determinismo. Diálogos, pp. 21-42.
Lombardi, O. (2016). La teoría del caos y sus problemas epistemológicos. Revista de Filosofía, 57, pp. 91-109.
Cazau, P. (1995) La teoría del caos.
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