Definición de Cargo Político
En los sistemas democráticos existen dos tipos de cargos políticos. Aquellos que son los representantes de la voluntad popular y los que son elegidos a dedo por los primeros. Cuando esto se produce se habla de enchufismo o nepotismo. Si bien es una realidad en muchos países, se trata de una forma de corrupción.
Quienes se benefician de ello suelen ser los familiares de los políticos, así como los amigos o los miembros del partido que hay que colocar en las empresas públicas del estado.
Para camuflar los cargos políticos irregulares dentro de una administración es habitual que se emplee algún eufemismo, como cargo de confianza, asesor del partido o cargo de libre designación.
Contra la meritocracia
Para que alguien ocupe un cargo de responsabilidad en una empresa o en la administración, el sistema de elección debería basarse en los méritos, la capacidad de los candidatos y la igualdad de oportunidades. La meritocracia incorpora un criterio de elección objetivo y razonable y, sobre todo, es un fórmula que evita la corrupción, ya que todos los candidatos a un puesto son valorados en igualdad de condiciones. Sin embargo, en muchos países existe una tradición corrupta en la que se ha normalizado la creación de cargos políticos de manera irregular.
El clientelismo en el ámbito de la política
El nepotismo en la esfera política tiene una consecuencia inmediata, la creación de una red clientelar. Así, el que coloca a dedo a los suyos sabe que estos tienen una deuda de gratitud con él y de alguna manera deberán pagarle el favor. Esta modalidad de corrupción es conocida como clientelismo político y se basa en un principio general: yo te doy algo y a cambio tú tienes que devolverme el favor.
Fórmulas que intentan combatir la corrupción en la política
La designación de cargos políticos con intereses clientelares es dañina porque deteriora la democracia y genera una profunda desconfianza en los ciudadanos. Por este motivo, en algunos países se han propuesto mecanismos para corregir el mal endémico de la corrupción en la política. Algunas de las medidas propuestas son las siguientes:
1) limitar significativamente el número de asesores y de trabajadores eventuales que pueden ejercer una actividad en la administración,
2) que la contratación pública esté sujeta a criterios transparentes,
3) realizar los cambios legislativos necesarios para que los cargos públicos a dedo no sean considerados como empleados públicos y
4) que la actividad de los «asesores» políticos sea realizada por funcionarios públicos y no por personal contratado.
Si bien éstas y otras medidas pueden ser eficaces, la corrupción política solo se puede combatir con una cambio profundo en la mentalidad de un pueblo.
Foto: Fotolia – Tatyana
Trabajo publicado en: May., 2018.
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