Definición de Ciudad Inteligente
La idea de inteligencia se ha asociado tradicionalmente a la mente humana. De manera muy sintética, podemos decir que somos seres dotados de inteligencia porque sabemos resolver problemas de cierta complejidad. Sin embargo, en las últimas décadas ya se habla de máquinas y de ciudades inteligentes. Esta última etiqueta es una traducción de la expresión inglesa «smart city».
Una idea asociada a las nuevas tecnologías
Una ciudad es inteligente cuando es capaz de proporcionar soluciones viables a las necesidades de los ciudadanos que habitan en ella. Para que esto sea posible es necesario un diseño tecnológico adecuado y la coordinación de los distintos organismos que integran la ciudad.
La habilidad aplicada en la vida urbana está presente en todo tipo de ámbitos: económicos, sociales, lúdicos, energéticos y operativos. Como es lógico, los ciudadanos juegan un papel protagonista en la consolidación de esta modalidad urbana.
Las ciudades están dotadas de inteligencia siempre y cuando se cumplan ciertos requisitos:
1) respeto a los criterios de sostenibilidad medioambiental,
2) una gestión prudente, responsable y eficiente y
3) un correcto análisis de los tiempos empleados por los ciudadanos para realizar sus gestiones y desplazamientos.
Estos criterios deben ir acompañados de una idea fundamental: el ciudadano tiene que ser el protagonista de la ciudad.
En síntesis, se trata de una urbe en la que hay una sintonía y una coordinación entre tres agentes: la administración, las empresas y la ciudadanía.
Ejemplos ilustrativos
En una smart city las herramientas tecnológicas resultan determinantes. Gracias a ellas es posible proporcionar todo tipo de servicios:
1) acercar el móvil a una pantalla para comprar objetos,
2) a través de los sistemas de geolocalización un viajero puede elegir cuál es el trayecto más adecuado para llegar hasta un destino concreto y
3) departamentos de policía que emplean pantallas en las que aparecen las distintas patrullas y de esta manera se puede combatir el crimen con mayor rapidez y eficacia.
Éstos y otros muchos ejemplos son viables porque la compleja realidad urbana ya no se encuentra en planos de papel o en archivos de la administración sino que está al alcance de la mano en un teléfono móvil.
Una ciudad para todos
La accesibilidad universal es otro de los aspectos fundamentales. En este sentido, una smart city debe estar concebida para todos los ciudadanos, incluidos aquellos que tienen algún tipo de limitación física o sensorial (quienes se desplazan en silla de ruedas, personas de edad avanzada, ciegos, sordos, etc.).
Fotos: Fotolia – SK99 / Rob Goebel
Trabajo publicado en: Ene., 2019.
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