Definición de Competitividad
Una compañía multinacional consolidada dentro de su sector y que obtiene beneficios, un equipo de fútbol que gana habitualmente competiciones y un profesional altamente cualificado tienen algo en común: los tres son competitivos. Su competitividad se fundamenta en todas aquellas cualidades que les permiten rivalizar con éxito frente a otras compañías, otros equipos u otros profesionales.
El concepto de competitividad está asociado a la idea de rivalidad
De alguna manera, en la mayoría de situaciones humanas hay una cierta pugna entre unos y otros. Los alumnos, los deportistas o las empresas se enfrentan entre sí y unos resultan ganadores y otros perdedores.
Presenta dos caras diferenciadas
El enfrentamiento de unos contra otros tiene dos caras de una misma moneda. Si la rivalidad se lleva a término con unas reglas de juego compartidas, aceptadas y sin trampas, se puede hablar de una competitividad sana. En el caso de un deportista que recurra al dopaje para conseguir la victoria, puede ser muy competitivo pero su planteamiento se opone al juego limpio y, por lo tanto, se trata de una ilegalidad y de una actitud contraria a la noble competencia.
La competitividad no quiere decir que todo vale para ganar, sino que es necesario respetar ciertas normas entres los competidores. Si una empresa vende sus productos al margen de la ley (por ejemplo, no pagando sus impuestos) está practicando la competencia desleal.
La competitividad es deseable si tiene unos ciertos límites legales y éticos y siempre y cuando se adopte un espíritu de superación entre los competidores que rivalizan. En términos deportivos, es necesario el Fair Play para que la competitividad no se convierta en un valor social excluyente. De lo contrario, se convierte en una lucha descarnada en la que impera la «ley de la jungla». No obstante, hay que tener en cuenta que competir con el objetivo de vencer no es incompatible con el respeto y la posible colaboración con los demás.
El capitalismo se basa en la competitividad
Desde algunos planteamientos ideológicos, la competitividad tiene una mala imagen. Así, el comunismo y el anarquismo defienden posturas basadas en la cooperación y la solidaridad entre los hombres.
Según estas doctrinas, el espíritu del capitalismo fomenta la constante competitividad y esta lucha produce desigualdad, injusticia y la exclusión social de aquellos individuos que no se adaptan a las necesidades del mercado.
Si bien el sistema capitalista es eminentemente competitivo y esta dimensión tiene una cara amable y otra con dosis de crueldad, las alternativas al libre mercado del capitalismo no han demostrado su eficacia.
Fotos: Fotolia – mast3r / ryanking999
Trabajo publicado en: Dic., 2016.
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