Significado de solidaridad Definición, verdades y valores auténticos

Definición formal

La solidaridad es contribuir con una persona que necesita ayuda o un movimiento social a partir de un apoyo financiero o por el propio envolvimiento.

Está en línea con la empatía, postulando situarse en el lugar del otro para tratar de entender mínimamente la situación que está atravesando.

La etimología de esta palabra se basa en combinar el latín solĭdus, que remite a sólido, vinculado a la raíz indoeuropea *sol-, señalando un todo, y completándose con los sufijos -ario, identificado en el latín -arius, y -dad, en el latín -tas, que actúan como cualidad.

Altruismo como germen de la solidaridad

Nuestro instinto de supervivencia nos impulsa a pensar en nosotros mismos por encima de todo. Al mismo tiempo, tenemos una inclinación natural orientada a la protección de las personas más cercanas afectivamente.

A pesar de que ambas tendencias están profundamente arraigadas en la naturaleza humana, también actuamos en favor de los demás de manera desinteresada. Este tipo de conducta es la esencia del altruismo.

El comportamiento altruista se caracteriza por la empatía con el sufrimiento o dolor ajeno. El planteamiento que nos lleva a ayudar al prójimo de alguna forma se conoce como solidaridad.

Verdades escondidas: ¿Por qué somos solidarios?

Una acción solidaria tiene un componente paradójico, ya que generalmente ayudamos o colaboramos con alguien que no conocemos sin recibir nada a cambio. Esta idea es cierta, pero solo parcialmente. De hecho, cuando ofrecemos nuestra ayuda de manera altruista es muy probable que a cambio recibamos algún tipo de gratificación: una satisfacción personal, el agradecimiento del otro o la sensación de haber cumplido con una obligación moral.

El mecanismo de la solidaridad tiene, en el fondo, un componente egoísta, ya que brindamos nuestra colaboración con la esperanza de sentirnos mejor con nosotros mismos.

Observar, por otra parte, que el sufrimiento ajeno nos recuerda que cualquiera de nosotros podría encontrarse en una situación similar. En otras palabras, somos solidarios porque nos gustaría que otros también lo fueran con nosotros si fuera necesario, no obstante independientemente del motivo que pueda esconderse, no todos los individuos lo manifiestan de esta manera, siendo verdaderamente una opción que se elige que merece reconocimiento y aplauso.

Aprender valores auténticos del mundo animal

Los seres humanos no tenemos, ni mucho menos, el monopolio de la solidaridad. En el mundo animal hay abundantes ejemplos de conductas generosas y totalmente desinteresadas.

Los primatólogos han comprobado que las distintas especies de primates tienen conductas claramente solidarias, pues comparten alimentos y ayudan a otros a resolver sus necesidades. A pesar de su ferocidad, los lobos más fuertes protegen a los más débiles.

Los delfines y otros cetáceos pueden llegar a arriesgar su vida para ayudar a otro que se encuentra ante un peligro.

Cuando un elefante se encuentra atrapado en el barro, otros miembros del grupo le empujan con la trompa para que pueda salir.

Muchos animales huérfanos suelen encontrar una madre adoptiva.

Por último, todos conocemos historias en las que perros y gatos se han comportado de manera caritativa con los seres humanos.

Entre los animales la solidaridad es, de alguna manera, más auténtica que en los humanos.

El animal actúa de manera altruista sin haber sido aleccionado para ello, mientras que nosotros lo hacemos porque unos principios religiosos o morales nos obligan a realizar ciertas conductas en beneficio del prójimo.