Definición de Constitución Septenaria

El ser humano se puede analizar desde un punto de vista biológico, filosófico, espiritual o psicológico. Éstas y otras disciplinas se refieren al hombre a partir de un dimensión concreta. Sin embargo, hay algunos planteamientos que intentan explicar la naturaleza humana desde una perspectiva global. Uno de estos planteamientos es la constitución septenaria, una visión propuesta por la filósofa rusa Helena Blavatsky, una de las fundadoras de la teosofía moderna.

Planteamiento general

El ser humano es algo más que un individuo de carne y hueso, pues está integrado espiritual y energéticamente con el universo. En este sentido, lo corporal es solo una parte de nuestra existencia individual.

Existen planos distintos que interactúan entre sí (lo que somos materialmente, nuestra parte energética, el espíritu humano y nuestra conexión con el universo). Esta visión de la condición humana es el eje fundamental de la teosofía y, más concretamente, de la teoría conocida como constitución septenaria.

La constitución septenaria del hombre es una síntesis de varias tradiciones: hinduismo, esoterismo, platonismo, cristianismo y psicología occidental.

Los siete principios que rigen la existencia humana

– La primera dimensión es Sthula Sarira o cuerpo físico, en la que se regulan nuestras funciones vitales más elementales.

– En un estadio superior el cuerpo se encuentra en una realidad material más elevada, conocida como Linga Sarira, también llamada materia astral. Según los teósofos, esta dimensión del hombre es la que permite explicar fenómenos como la clarividencia o la hipnosis. Linga Sarira viene a ser nuestro duplicado como individuo (para un clarividente es algo visible pero resulta invisible para quienes carecen de este poder).

– Todo lo que existe, incluidos nosotros, se encuentra inmerso en un organismo superior, también conocido como Jiva. Así, cada ser de este mundo (un mineral, una planta o una estrella) forma parte de un todo.

– El cuarto principio se refiere al kama o los deseos. En otras palabras, el conjunto de sensaciones, emociones y motivaciones conforman nuestra naturaleza humana. Este principio es el que regula la vida diaria de forma más directa y evidente.

– El quinto principio o Manas se refiere al pensamiento humano. Es la dimensión que nos constituye como individuos pensantes. Según la constitución septenaria el yo pensante que somos se ha encarnado en un cuerpo concreto y, en consecuencia, la teosofía cree en la reencarnación del ser humano.

– Como complemento al Manas existe un sexto principio, Atma Buddhi o alma espiritual. Así, tenemos un yo intelectual y un yo espiritual. El primero piensa desde la razón humana, pero depende del segundo, que es un principio universal.

– Por último, el Atman o yo real expresa la naturaleza humana en su estado puro, ya que se trata del máximo desarrollo de la conciencia.

Fotos: Fotolia – rms164 / ssstocker