Crimen de Guante Blanco - Definición, Concepto y Qué es

El crimen y la delincuencia en general se asocian normalmente a actos realizados con una cierta violencia que son protagonizados por personas de una baja extracción social. Esta concepción no siempre se corresponde con la realidad, ya que algunos actos delictivos se llevan a término con procedimientos no violentos y por individuos aparentemente respetables. Para referirse a este tipo de acciones se utilizan dos términos de manera indistinta: delincuencia de cuello blanco o crimen de guante blanco.

Un perfil general del criminal de guante blanco

El criminal de guante blanco es un personaje clásico en la ficción literaria y cinematográfica. Se trata de un personaje singular porque combina dos aspectos habitualmente contrapuestos: el delito y la buena educación. En este sentido, aparece como un individuo elegante, con buenos modales, culto y con un aire distinguido. Como es lógico, su apariencia respetable le sirve para esconder su condición de delincuente y camuflar sus verdaderas intenciones.

En consonancia con su aspecto exterior y las buenas maneras, su modus operandi es igualmente refinado. Así, no recurre a la coacción y evita a toda costa la violencia. La ejecución de sus planes es extremadamente cuidadosa y sofisticada. Se podría afirmar que sus crímenes tienen un componente teatral. El perfil de estos delincuentes no solamente existe en la ficción, ya que en la realidad también aparece este arquetipo de criminal.

Algunos delitos de guante blanco

El blanqueo de dinero y la evasión de capitales se realizan generalmente en ambientes con una apariencia muy distinguida, como bufetes de abogados, oficinas bancarias o cualquier escenario relacionado con el prestigio social.

Los delitos informáticos como el robo de información, la introducción ilegal en redes o el secuestro de páginas web son una nueva versión de la delincuencia de cuello blanco.

Una falsificación de una obra de arte es realizada por un artista con gran sensibilidad, pero su creatividad es perfectamente compatible con el delito.

Ciertos fraudes, timos y estafas también son habituales entre los delincuentes de guante blanco, como el timo del tocomocho, el de la estampita o el del nazareno.

En muchas ciudades es muy frecuente la figura del falso instalador de gas, así como otras versiones de impostores profesionales.

El espionaje industrial se realiza con avanzados procedimientos tecnológicos y científicos y esta circunstancia permite que los delincuentes se oculten bajo una apariencia de expertos informáticos.

Todos los delitos más arriba mencionados tienen algo en común: las acciones contrarias a la ley presentan un formato y una estrategia totalmente envuelta en la normalidad.

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