Definición de Desolación

La desolación es la sensación de falta de consuelo que experimenta una persona que se siente profundamente herida por la vida como consecuencia de algún hecho que ha desbordado sus expectativas de un modo negativo. Una persona que se siente desolada tiene tal grado de dolor interno que no encuentra, en el presente, un motivo fuerte de consuelo que aivie ese malestar interno. La desolación también muestra el peso que experimenta una persona que se ha quedado sin fuerzas, se siente débil y está cansada de luchar.

Una persona que se siente desolada está rota por dentro, llora con frecuencia y tiene dificultades para empezar el día con optimismo (la tristeza es todavía más palpable a primera hora de la mañana cuando el inicio de un nuevo día se presenta como una jornada de cansancio).

Desde el punto de vista psicológico, existen acontecimientos que causan una gran angustia emocional. Situaciones de tristeza que producen un bloqueo interior porque van más allá de esas decepciones cotidianas que todos podemos experimentar. Existen situaciones de mucho dolor y angustia.

El apoyo externo es fundamental para salir adelante

Una persona que se siente desolada necesita contar con el apoyo de recursos externos que a modo de resiliencia sean un apoyo importante: ayuda profesional, ayuda espiritual, el cariño de la amistad, el apoyo de la pareja, el consuelo de la familia, un abrazo de amor incondicional…

Una persona que está desolada necesita descansar para reponer fuerzas, asimilar lo que ha sucedido y afrontar la realidad con la información que marca ese hecho trágico. Una persona puede estar desolada ante un desamor profundo, ante una tragedia familiar, la muerte de un ser querido, problemas económicos graves, un despido laboral inesperado…

Desolación es un proceso de crisis propio del ser humano

Una desolación se supera, es decir, no se trata de un punto definitivo sino de un proceso que a modo de crisis interna, refleja la importancia de que el ser humano haga uso de sus recursos para poder hacer frente a esa adversidad que duele en lo más hondo del corazón.

La desolación es más amarga todavía al compás de la soledad. Por el contrario, el cariño de los demás suma una fortaleza amable que da fuerzas a aquel que está sufriendo.

La esperanza como herramienta de apoyo

La desolación viene acompañada de falta de tranquilidad interior, angustia, cierto grado de desesperanza y pesimismo. Conviene mirar hacia el futuro con la convicción de que todo dolor es pasajero (tiene principio y final). Por ello, tras un día gris, siempre llega de nuevo la luz del sol de un nuevo amanecer que es el símbolo de una nueva esperanza por vivir.

Si existe un motivo de desolación importante en tu vida, no te encierres en ti mismo y pide ayuda.

Desde el punto de vista psicológico, existen acontecimientos que causan una gran angustia emocional. Situaciones de tristeza que producen un bloqueo interior porque van más allá de esas decepciones cotidianas que todos podemos experimentar. Existen situaciones de mucho dolor y angustia.

Por ejemplo, la muerte de un ser querido, la noticia de una enfermedad, un accidente de coche con consecuencias trágicas, el desempleo de larga duración y la soledad son causas que pueden desolar el corazón de aquella persona que siente una amargura interior profunda como consecuencia de un motivo que le desborda y cuya curación no es inmediata.

Amargura y sufrimiento

La desolación puede vivirse por un sufrimiento que se sufre en primera persona o también, por la empatía que se experimenta hacia personas cercanas. Por ejemplo, un amigo puede sentir desolación por ver el sufrimiento de una persona a la que quiere y a quien desea ayudar pero no puede aliviar todo su dolor.

Uno de los factores más importantes para aliviar la desolación es el paso del tiempo que trae consigo la sanación de las heridas y la búsqueda de nuevas esperanzas. Además, como explicó Victor Frankl también es muy importante buscar un sentido a los sufrimientos presentes para avanzar.

Pero el llanto es el medio más adecuado para sanar las heridas del alma, liberar las amarguras y poner en orden los sentimientos. El llanto es una expresión de tristeza que aporta un desahogo necesario cuando existe una causa de que ha desolado el alma de una persona.

Profesionales como los psicólogos, los psiquiatras, los asesores espirituales y los coaches pueden aportar apoyo emocional a aquellas personas que experimentan una desolación anímica. Sin embargo, la amistad y el amor de la familia que ofrecen un consuelo incondicional, también aumentan la autoestima y la resiliencia.

Desolar un terreno

El concepto desolar también puede ser aplicado para remitir a la ruina de un territorio que ha quedado asolado como consecuencia de una catástrofe natural. Por ejemplo, es posible decir que un bosque quedó asolado como consecuencia de un incendio que quemó la gran superficie del terreno dejando sin vida a la flora y la fauna. Un terremoto también puede desolar calles enteras dejando ruina en los edificios.

Fotos: iStock – elenaleonova / quavondo