Definición de Detractor
Ser un detractor de algo o alguien significa que hay una oposición hacia una idea o una persona. Ante las ideas o las personas podemos manifestar, básicamente, dos posturas: a favor o en contra. Si estamos en contra, esto significa que somos detractores, es decir, estamos en desacuerdo por algún motivo.
La idea de detractor implica un cierto grado de rechazo. Así, éste puede ser moderado, tolerante y comprensivo o, en su versión extrema, intenso, vehemente y radical.
Quien se proclama detractor con respecto a otra persona, pone de manifiesto su actitud crítica en algún aspecto de ese individuo (sus ideas, su forma de ser u otras circunstancias). Pensemos en una persona creyente y que defiende unos valores cristianos. Con estas características personales, normalmente se manifestará en contra de los ateos, los agnósticos y de quienes viven al margen del cristianismo.
El concepto de detractor suele tener un mecanismo en dos direcciones, puesto que las posiciones contrarias son recíprocas (el comunista es un detractor del capitalista y a la inversa sucede exactamente lo mismo). En ocasiones, detrás de una aparente oposición de ideas o de una crítica, hay sentimientos personales (por ejemplo, la envidia o los celos). Estos sentimientos permanecen ocultos, ya que no es habitual que se reconozcan (no es corriente escuchar a alguien decir que es un detractor de una personaje público y al mismo tiempo que admita su envidia hacia él).
El detractor y la tolerancia
Cuando pensamos en ideas como oposición o crítica, es posible asociarlas al enfrentamiento y la disputa. Sin embargo, que haya rivalidad entre ideas o personas no significa que sea incompatible con el respeto y la tolerancia al oponente. Así, algunos defienden una postura conciliadora entre la crítica y la comprensión.
La conciliación entre ambas valoraciones es el principio de la democracia, es decir, hay grupos políticos que se oponen entre sí y son detractores unos de otros y, al mismo tiempo, están obligados a respetar al oponente. En este sentido, se trata de entender al otro como un rival y no como un enemigo.
Ser un firme detractor de unas ideas está asociado a posturas radicales (al dogmatismo o al fanatismo). Este tipo de posición tiene un inconveniente: se genera una dinámica de enfrentamiento. Si el radicalismo se sustituye por criterios y actitudes tolerantes, el enfrentamiento se suaviza y las disputas pierden agresividad. En español hay un refrán que expresa esta idea: lo cortés no quita lo valiente. En otras palabras, es posible decir que no rotunda y valientemente sin dejar de ser amable y cordial.
Trabajo publicado en: Mar., 2015.
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