Qué es Energúmeno
En el lenguaje coloquial un energúmeno es aquella persona que se comporta de manera colérica y sin controlar sus emociones. Por otro lado, un energúmeno es un individuo que ha sido poseído por el diablo, aunque esta acepción está en desuso.
En cuanto a su etimología, viene del griego energoumenos, que se puede traducir como persona que padece un encantamiento. En latín, adquirió el sentido de endemoniado o poseído.
Los comportamientos violentos llaman la atención porque suponen una amenaza para los demás
De esta manera, cuando una conducta es brutal y desmedida, la persona que la realiza puede ser considerada como un energúmeno.
En ocasiones, se emplea con la intención de apaciguar a alguien que se encuentra exaltado por algún motivo y en ese contexto se diría «¡no seas energúmeno!». Si la acción de alguien nos resulta sorprendente por su peligrosidad (pensemos en un caso de conducción temeraria) se podría exclamar «¡vaya energúmeno!».
Al margen de su uso en el lenguaje coloquial, desde el punto de vista psicológico un energúmeno es alguien que no puede controlar su ira. Los psicólogos califican este tipo de comportamiento como un trastorno, concretamente el Trastorno Explosivo Intermitente o TEI.
La posesión del diablo
En la antigüedad ciertas dolencias cerebrales como la epilepsia o la Corea de Huntington no tenían una explicación médica. En consecuencia, si alguien presentaba las convulsiones propias de estas dolencias se creía que había sido poseído por el diablo. Las personas poseídas eran llamadas energúmenos. Lo mismo sucedía con los locos, ya que el origen de los problemas mentales se consideraba un síntoma de posesión del diablo.
Según las creencias populares del medievo, el demonio se apoderaba de sus víctimas en contra de su voluntad debido a su mala conducta y, por lo tanto, la posesión era considerada una forma de castigo (podríamos decir que el loco era culpable de su locura).
Había otra interpretación de la posesión del diablo, según la cual el poseído era un aliado del diablo y tenía que ser castigado. En cualquier caso, el energúmeno era alguien peligroso y una amenaza para los demás. En ciertos escenarios, el energúmeno podía librarse de la posesión del diablo a través de un exorcismo.
Desde el punto de vista de la Inquisición, el comportamiento energúmeno era valorado igualmente como una prueba de herejía que, como tal, también debía ser castigada severamente.
Fotos: iStock – Neyya / 4×6
Trabajo publicado en: Ago., 2016.
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