Definición de Eufemismo

Entendemos por eufemismo a las frases, dichos y expresiones que se utilizan para reemplazar a aquellas que puedan sonar agraviantes o insultantes en determinados espacios o ámbitos. Deriva del griego antiguo, para el cual eu está asociado a ‘bien’, ‘correcto’ y pheme a ‘hablar’, construyendo la palabra eupheme, que representa la noción de hablar bien o correctamente. El eufemismo se opone a la ‘blasfemia’ o insulto.

La principal función del eufemismo es alivianar o mejorar los términos en los que ciertas frases expresan determinadas ideas. Al mismo tiempo, se hace vívida la presencia de un eufemismo en espacios en los cuales reconocer situaciones de gravedad puede ser peligroso, por ejemplo, en el ámbito político-diplomático. Para el caso, no es lo mismo hacer una aseveración en un espacio informal como puede ser una reunión de amigos que un espacio formal como una reunión de trabajo.

Ejemplos de un lenguaje políticamente correcto

Hay palabras y expresiones que resultan groseras, impertinentes o inapropiadas. Empleamos eufemismos para evitar un lenguaje incorrecto. Dicho de otro, el eufemismo es la versión socialmente aceptada del lenguaje.

No es correcto decir que alguien es gordo y es preferible usar otras palabras (por ejemplo, es de hueso ancho o tiene un problema de peso).

Es ofensivo decir que una mujer es fea, por lo que es mejor emplear unas palabras más cuidadosas (es una muy mujer con rasgos exóticos).

En lugar de afirmar que un estudiante es tonto, se puede emplear un término sustitutorio (por ejemplo, déficit de atención).

El término viejo o anciano podría ser ofensivo y en su lugar se emplea la denominación tercera edad.

Si alguien reconoce una infidelidad, suena mucho mejor manifestar “cometí un error” que “cometí una traición”.

En el lenguaje de la política la palabra corrupción es muy directa y podría suavizarse con alguna expresión políticamente correcta (por ejemplo, irregularidades administrativas).

En pocas palabras, usamos eufemismos para no decir lo que realmente pensamos y para que nuestras palabras no provoquen conflictos innecesarios.

La distorsión del lenguaje

El uso de eufemismos es pertinente y aconsejable en todas aquellas situaciones en las que evitamos una ofensa hacia alguien. Por otra parte, este recurso del lenguaje es muy útil en los contextos sociales donde las personas no tienen mucha confianza. A pesar de sus evidentes ventajas, el uso excesivo de eufemismos tiene un peligro: la perversión del lenguaje.

El eufemismo quita hierro a cualquier asunto delicado, pero también enmascara la realidad y, por lo tanto, acaba convirtiéndose en un recurso perfecto para manipular a los demás o para distorsionar la verdad.

Prácticas pautadas por el tabú y disfemismo

En todos los idiomas hay términos y expresiones malsonantes porque tienen connotaciones sexuales o por su significado ofensivo. Cuando esto ocurre, la palabra «incorrecta» adquiere la categoría de tabú, es decir, algo que de alguna manera está prohibido socialmente. Esta prohibición es la que genera el uso de eufemismos.

Cuando alguien usa palabras ofensivas, hirientes o excesivamente duras, está empleando un disfemismo. Como es lógico, se trata de un uso del lenguaje totalmente deliberado y con la intención de ocasionar una ofensa o un desprecio hacia alguien (si alguien llama a un abogado picapleitos y a un médico matasanos, está usando dos palabras claramente ofensivas).

Si bien el uso de disfemismos es un claro ejemplo de lenguaje políticamente incorrecto, en el contexto del humor se emplean con normalidad (en los chistes no resulta ofensivo el lenguaje incorrecto, ya que el chiste es incorrecto por definición).

Aunque a veces el uso de eufemismos tiene que ver con la educación y el respeto, muchas veces también puede ser comprendido con una sensación de doble discurso o mentira dependiendo el caso. Evidentemente, los eufemismos cambian con el tiempo del mismo modo que varía el lenguaje y la comunicación. Los idiomas no son estructuras permanentes, sino que alteran algunos de sus conceptos y términos de acuerdo a situaciones específicas. Esto sucede especialmente con el idioma coloquial de cada sociedad o cultura, y tal como cambia un insulto o una agresión, del mismo modo puede cambiar el eufemismo utilizado para cubrirlo.