Definición de Homicidio
Considerado uno de los delitos más graves que puede cometer el ser humano, el homicidio se basa en el asesinato de una persona a manos de otra. Tanto las causas como las razones del por qué un homicidio se lleva a cabo pueden ser extremadamente variadas y es aquí donde la ley establece diferentes tipos de penas y castigos dependiendo de cada caso en particular.
Proveniente del latín, el término homicidio significa «matar a un ser humano» (homo: hombre; caedere: matar). Un homicidio siempre implica el uso de violencia y los métodos para realizar tal tarea pueden variar, aunque por lo general suelen verse determinados patrones de metodologías de acuerdo a la situación en la cual se da el crimen (por lo general, y a muy grandes rasgos, los homicidios pasionales se resuelven con armas blancas mientras que los que son consecuencia de robo o asalto se realizan a través de armas de fuego).
Para la ley, el homicidio es uno de los crímenes más graves que el ser humano puede realizar ya que atenta directamente contra la seguridad y el bienestar de los individuos que componen a la comunidad o sociedad. La legislación de cada país establece entonces las penas y los castigos adecuados a cada tipo de situación, aligerándolos o agravándolos en cada caso.
De acuerdo al modo en que el homicidio se llevó a cabo, podemos encontrar diferentes designaciones. Entre las más comunes, debemos señalar el homicidio culposo y el doloso. El homicidio culposo puede describirse como el homicidio consecuencia de accidente o negligencia (por ejemplo, al morir una persona atropellada por un automóvil), mientras que el homicidio doloso implica el conocimiento y la intención de asesinar (por ejemplo, en el caso de un robo a mano armada en el que resulta muerta una persona atacada).
Por otro lado, también está el homicidio simple, que es aquel en el cual no se han encontrado elementos de premeditación (la consideración de matar previa al hecho), alevosía (o la actitud perversa y agravante a la hora de cometer el crimen), ventaja (poner en inferioridad al individuo a matar) y la traición. Cuando alguno de estos agravantes se hace presente, se debe hablar entonces de homicidio cualificado. Finalmente, un homicidio preterintencional es aquel en el cual la muerte de un individuo es el resultado de una situación descontrolada en la cual la intención de matar no estaba en los planes iniciales (por ejemplo, luego de una pelea en un bar).
Por último, debemos agregar que la ley considera ciertos elementos como agravantes a la hora de establecer la pena y entre ellos debemos mencionar la existencia de lazos familiares o sanguíneos, la tortura, la mutilación, la violación o el abuso sexual, etc. Del mismo modo, la pena puede ser menor si se prueba que el homicidio se ha cometido en legítima defensa, para la prevención de un crimen mayor, por estado de inconciencia, por coacción o por insanidad.
Trabajo publicado en: Jul., 2009.
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