Definición de Ingeniería Marítima

Por ingeniería se entiende la aplicación de la ciencia y la tecnología a un ámbito de la realidad. Así, es posible hablar de la ingeniería en múltiples vertientes: agrónoma, petrolífera, de minas y yacimientos, industrial, de caminos, canales y puertos e, igualmente, en relación con el mar, la ingeniería marítima.

La

ingeniería marítima como disciplina académica

y como sector profesional está directamente relacionada con la industria marítima, un ámbito de la economía con un evidente valor estratégico, especialmente en lo relacionado con el transporte de mercancías como una vertiente del comercio internacional. Por otra parte, la ingeniería marítima tiene vínculos con otras áreas (el turismo, el medio ambiente, la oceanografía, la actividad pesquera o la arquitectura naval).

Campo de actuación

Su campo de actuación presenta múltiples vertientes: infraestructuras hidráulicas, operaciones de tráfico portuario, operaciones náuticas y tráfico marítimo, riesgos en la navegación y seguridad, proyectos de obra civil, supervisión de obras y un largo etcétera.

Los ingenieros marítimos deben conocer a fondo todos los elementos propios del mar (corrientes, oleajes, mareas o vientos), así como la tecnología asociada con la navegación y todas las infraestructuras del mundo marítimo, en especial los puertos.

Qué hay que estudiar para ser un ingeniero marítimo

Con anterioridad a la formación universitaria el estudiante debe tener destrezas y conocimientos sobre las áreas científicas y tecnológicas tradicionales. Con una base sólida en este ámbito ya puede afrontar el reto de estudiar las materias propias de la ingeniería marítima: cálculo, álgebra, componentes de máquinas, corrosión y protección de materiales navales, comunicaciones, energías renovables marinas, refrigeración y climatización de buques, flotabilidad, movimiento de fluidos, etc. Como se puede apreciar hay un compendio de disciplinas teóricas, tecnológicas y de práctica de la navegación.

Retos de la ingeniería marítima

Esta disciplina académica y su sector profesional tienen estrechas relaciones con el mundo de la navegación en general. Y en este sentido, hay una serie de retos y circunstancias que resultan claves:

– Algunos puertos no disponen de calados y muelles lo suficientemente adaptados a las necesidades actuales de navegación.

– Es previsible que en un futuro próximo los ingenieros marítimos trabajen en el diseño y la construcción de artefactos flotantes.

– Con las nuevas tecnologías ya es posible crear sistemas de simulación para recrear distintas situaciones relacionadas con la navegación de buques.

– Existe el reto de perfeccionar la tecnología que permita una navegación en la que se eliminen las emisiones contaminantes y se utilicen fuentes de energía alternativas al petróleo (en este contexto en la terminología de la ingeniería marítima ya se utiliza el término “buque verde”).