Significado de insomnio Definición, por qué, conciliar el sueño, y desafíos
Licenciada en Psicología
Definición formal
El insomnio es la interrupción del sueño, cuyo origen puede expresarse en una o múltiples formas, experimentándose durante un período específico, provocado por condiciones particulares, o como una constante, cuyo motivo resulta una incógnita o aún no se lo pudo resolver, así como en distinto nivel de intensidad.
La propia palabra refleja el fenómeno, procediendo del latín insomnium, regido por el prefijo in-, en carácter de privación, y somnus, en referencia a sueño, vinculado a la forma verbal somniāre.
Por qué tenemos insomnio
Este problema es sumamente común, pero no por ello menos perjudicial para la salud, debido a que dormir es necesario para reponernos, comenzar el siguiente día con energía, vitalidad y relajación, rendir al máximo en el trabajo y estar de buen humor.
En momentos puntuales de nuestras vidas, el insomnio puede ser algo pasajero y poco alarmante, por ejemplo, si estamos por emprender un viaje, casarnos, tener hijos, reencontrarnos con alguien del pasado, salir de nuestra zona de confort para hacer cambios importantes en la rutina, etcétera.
Pero, tanto para la Psicología como para la Psiquiatría, cuando el insomnio es persistente y difícil de combatir, puede tomarse a modo de un indicador de que algo no anda bien, por ejemplo, un gran nivel de ansiedad, estrés laboral, problemas de pareja o familiares, un duelo difícil de elaborar.
En el terreno psicopatológico, por ejemplo, en la estructura paranoica (dentro de las psicosis), puede suceder que la persona no quiera dormir por miedo a que alguien o algo lo lastime y quiera estar siempre con los ojos abiertos, esperando protegerse de una amenaza.
Por otro lado, en la psicosis maníaco depresiva, el estado de manía se caracteriza por una aceleración del pensamiento y una gran disponibilidad de libido, de manera casi irrefrenable, lo que puede expresarse también en insomnio.
Por lo tanto, el insomnio puede ser algo totalmente benigno, como resultado de la emoción por esperar un día especial, como un síntoma vivido con sufrimiento. Todo dependerá de las características, momento de aparición, duración, intensidad, daños colaterales producidos, autopercepción del malestar, etcétera.
Todas estas causas son meros ejemplos, un pantallazo, pues los seres humanos somos muy complejos y en el psiquismo nunca dos más dos es igual a cuatro. Se trata de ver el caso por caso, en la apreciación por la singularidad.
Cómo conciliar el sueño
Existen tres caminos potentes para conciliar el sueño; el primero es buscar la paz interior, por medio de actividades reconfortantes como el yoga y la meditación, las caminatas por el bosque, escuchar el sonido de la naturaleza, tomarse un momento al día para vaciar la mente del caos de la rutina, hacer un viaje introspectivo, etcétera.
Otra manera es acudir a terapia, para que un profesional busque, junto a nosotros, posibles causas o soluciones ante dicha dificultad. Los psicólogos especializados en Psicoanálisis se valdrán de la palabra, los formados en Psicodrama, pondrán a jugar el cuerpo en escena, los cognitivos podrán enseñar técnicas de respiración, entre otras orientaciones, ya que la Psicología es muy amplia y su modo de accionar varía acorde a la orientación.
Finalmente, existen medicamentos para dormir que, indicados por un profesional psiquiatra, pueden traer un gran alivio. A veces esta terapéutica puede formar parte de una estrategia interdisciplinar con un psicólogo. Sin embargo, los psicofármacos deben usarse con cautela y como último recurso, no como un modo de tapar o invisibilizar un problema, aunque está claro que son muy útiles y que dormir es una necesidad vital.
Cuando tomamos un medicamento para dormir, sin supervisión profesional, no estamos escuchando a nuestro cuerpo, que algo quiere decirnos y, probablemente, aparecerán más adelante nuevas formas de malestar, como molestias, incomodidades o dolores.
Desafíos: Compartir la habitación y dificultades para dormir
Dormir en pareja no es cosa sencilla, pues si bien a algunas personas les trae tranquilidad, disfrutan de dormir abrazados y hasta lo sienten necesario, a otras les resulta irritante o les causa rechazo, haciendo que no puedan conciliar el sueño.
Por otra parte, existen múltiples molestias que pueden aparecen al compartir el cuarto, por ejemplo, si la otra persona ronca, se mueve mucho o habla dormida, si tiene calor y prende fuerte el ventilador o aire acondicionado, tiene frío y nos tapa hasta la cabeza, etcétera.
Aunque es todavía poco convencional o al menos no se habla mucho de ello, ciertos enamorados eligen dormir en habitaciones separadas o hasta en distintas casas. Es una opción válida, que puede favorecer a la relación, cuando a ambos les resulta cómodo y están de acuerdo.
En este sentido, es muy importante que la pareja se comunique y ponga en palabras sus sentimientos, preferencias y molestias, especialmente si algo de la convivencia o de la cohabitación le está trayendo insomnio a alguno de los involucrados o a ambos.
Trabajo publicado en: Feb., 2021.