Definición de Instinto Maternal
El instinto maternal remite a esa fuerza interior que es fruto del amor que experimentan muchas mujeres en algún momento de su vida ante la idea de formar una familia. El instinto maternal muestra el inmenso deseo de tener un hijo que experimenta una mujer. De este punto de vista, conviene puntualizar que no todas las mujeres experimentan este instinto maternal (existen personas que no sueñan con formar una familia) y que además, no todas las personas lo experimentan de igual modo y en el mismo momento.
Llegado el momento de querer ser madre, es una sensación única
Mientras que existen mujeres que desde una edad temprana tienen claro que en el futuro desearían ser madres, por el contrario, existen personas que experimentan este deseo a partir de los 30 años. Lo que sí es cierto es que cuando una persona experimenta este instinto maternal y logra materializar su deseo de ser madre, experimenta una gran alegría interior. Del mismo modo pero en el caso contrario, cuando una persona no puede realizar su deseo de formar su propia familia puede experimentar una gran frustración interior y tristeza.
Miedos ante el paso del tiempo
Dicho instinto maternal también está limitado por el factor biológico. Por ejemplo, existen mujeres que cuando desean formar una familia comienzan a experimentar cierta presión por el factor edad (el conocido como reloj biológico) que marca un límite a ese deseo personal. El instinto maternal remite al deseo interior de dar vida, cuidar del bebé, protegerle y darle amor. El instinto maternal remite a ese momento de seguridad interior en el que una mujer toma conciencia de que, realmente, quiere ser madre y está preparada para ello.
Madre-hijo, un vínculo que nada lo puede quebrar
El instinto maternal también hace referencia a ese vínculo tan estrecho, personal, único e irrepetible que se establece entre madre e hijo a lo largo de la vida. Una madre quiere de una forma incondicional a su hijo y le cuida y le protege, más allá de la edad. De ahí que la pérdida de una madre es uno de los momentos más difíciles en la vida de cualquier hijo.
Cuando hablamos del instinto maternal no hacemos referencia a un sentimiento idealizado sino a la realidad de la maternidad en sí misma que también está marcada por momentos de cansancio, dudas e inseguridades.
Cada camino elegido y deseado es igual de importante y respetable, el instinto maternal no es una obligación
En este sentido, conviene puntualizar que cada ser humano tiene su propio camino y todos los caminos son igualmente valiosos cuando conectan con la realización personal. Es decir, aquellas personas que no experimentan el instinto maternal y deciden no formar una familia pueden ser tan felices como aquellas personas que experimentan la maternidad en primera persona.
Trabajo publicado en: Ene., 2015.
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