Definición de Luna
Licenciado en Geografía
Científicos de NASA estiman que la Luna tiene unos 447 mil millones de años y que se encuentra a una distancia aproximada de la Tierra de 384,400 km. La Luna es un satélite natural que, destacando la transformación desde su formación, en comparación con la Tierra, representa la cuarta parte del planeta azul. Su diámetro aproximado es del 17% en comparación con el de la Tierra, con una gravedad en referencia del mismo 17% sobre la gravedad terrestre y con un radio aproximado de 1,738 Km.
Partiendo de los procesos conocidos en la Tierra, en referencia específica al vulcanismo, podemos generar hipótesis sobre la formación de la Luna, detallando que proviene de la separación de un gran superplaneta, del cual, se fueron generando tres nuevos astros que hoy conocemos como Venus, Tierra y la Luna. Y en su comienzo nuestro satélite, experimentó procesos volcánicos similares a los de la Tierra, donde se especifica que tenía un centro líquido que almacenó los elementos más densos en su centro, con una su corteza que comenzaba a experimentar numerosos volcanes y una serie de bombardeos de meteoritos de toda clase de dimensiones, conforme los procesos volcánicos quedaban atrás tras una corteza que se enfriaba y se hacía más densa, se fueron moldeando los grandes mares lunares, provenientes de grandes coladas de material incandescente.
En 2020, la misión espacial china Chang-5 sustrajo material basáltico (rocas de tipo basalto) de una área inexplorada hasta ese momento de nuestro satélite, arrojando a la luz que la Luna tuvo su última actividad volcánica, hace apenas 900 millones de años, en comparación con los resultados aceptados por la comunidad científica de 2,700 millones de años.
Lo que sabemos con certeza tras la inmensa cantidad de exploraciones, es que es un lugar poco amigable para la reproducción de la vida como la conocemos en la Tierra, ya que la temperatura de la Luna puede subir a los 120° Celsius durante el día y llegar a -180° Celsius por las noches. Destacando que estos cambios de temperatura extremos, son causados por la falta de atmósfera que se experimenta en la Luna.
Así mismo, para tener una mejor perspectiva del hecho de que nuestro satélite es en efecto un satélite natural con grandes proporciones, lo podemos comparar con el planeta gaseoso Júpiter y su satélite Ganímedes, el cual goza de una proporción de 0.008 %, por lo que no es erróneo mencionar que la Luna es un satélite natural grande en comparación al resto de los satélites naturales en nuestro sistema solar.
Observación y visita alrededor de la Luna
Este gran astro de la noche siempre intrigó a los hombres y mujeres desde la antigüedad, destacando que la contemplación de sus movimientos por los antiguos pensadores, hizo que pudiéramos constatar y comenzar a entender el ciclo lunar con una duración aproximada de 29 días, teniendo estas observaciones una relación con los primeros calendarios agrícolas de la humanidad. De acuerdo con lo anterior, la observación del cielo y sus movimientos fue un elemento recurrente entre los pobladores de la antigüedad, pero con el pasar de los procesos históricos, los grandes descubrimientos y grandes avances científicos, la humanidad pudo acceder a artefactos que se convirtieron en sus anteojos astronómicos, para una exclusiva observación del cielo y con ello accedió a mejores posicionamientos teóricos y entendimiento sobre su satélite natural.
A partir de dichas observaciones, se pudieron distinguir grandes cráteres, acompañadas de extensiones asociadas a partes llanas que supuestamente gozaban de calma y que son visibles como grandes manchas grises en la Luna, las cuales fueron bautizadas por Galileo Galilei con el nombre de mares, por lo que las personas podrán observar al acercarse a un mapa de la Luna, nombres como Mar de la Tranquilidad o Mar de la Serenidad. Una parte del conocimiento que tenemos sobre la Luna, es que puede ser considerado un astro sin atmósfera, que experimenta grandes cambios de temperatura, el cual carece de una detección definitiva de contener agua, lo que en definitiva lo convierte en un lugar casi inhabitable para los humanos. Pero tratemos de entender mejor a nuestro satélite, dando un pequeño paseo por él.
El 20 de julio de 1969, los astronautas Neil Armstrong y Buzz Aldrin, alunizaron en nuestro satélite, y pudieron constatar que se tienen tres tipos de relieves predominantes en la Luna: los mares, los montes y los cráteres o circos. Los mares pueden ser descritos como grandes extensiones casi planas o llanas, los cuales presentan poco elevación o desniveles muy sutiles y se precisa que abarcan un 40% de la superficie lunar total. Los montes son grandes cadenas montañosas abruptas y elevadas que se asemejan a las grandes cordilleras en la Tierra, destacando entre ellas el monte Leibniz con una elevación aproximada de 8,200 m, que puede compararse con el Everest, la cima máxima terrestre.
Como parte de los tipos de relieve, sólo nos hace falta explicar, los cráteres, los cuales son muy numerosos, sobrepasando los 300, 000 circos, destacando entre ellos Clavius, con un diámetro de 227 km. Dichas exploraciones, dejaron claro que el origen de los cráteres pasó de ser considerado formas o procesos volcánicos a tener certeza de la gran atracción e impactos constantes de los pequeños cuerpos celestes que viajan por nuestro sistema solar, mejor conocidos como meteoritos, que impactan en la Luna, pero por la falta de atmósfera son recibidos sin ningún freno y según sus dimensiones excavan cráteres con menor o mayor profundidad.
Ciclo lunar
Cómo se mencionó en líneas arriba, hemos destacado que el ciclo lunar tiene una duración aproximado de 29 días, pero los expertos de la NASA (National Aeronautics and Space Administration) destacaron que tiene una duración de 29.5 días, por lo que podemos afirmar que dicho ciclo que completa nuestro astro de la noche es menor de 30 días, de forma permanente. Donde siempre observaremos la misma cara de la Luna, debido al fenómeno de rotación sincrónica ejecutado en la interacción gravitatoria existente entre la Tierra y la Luna. Partiendo de lo anterior, se puede afirmar que nuestro satélite natural, gira sobre sí misma y alrededor de la Tierra, tardando el mismo tiempo en efectuar ambos giros, es por ello que nos presenta siempre su misma cara.
Fases lunares y la mareas en la Tierra
Otra cosa que agradecer a Galileo Galilei, es la referencia dentro del ciclo lunar, donde destacó el comportamiento de forma sucesiva de la Luna en referencia a las variaciones visibles que son efecto de la rotación sincrónica y las nombró como fases lunares, para expresar lo anterior de manera coloquial, sería la forma en la que vemos desde la Tierra a la Luna con referencia a su posición con el Sol.
Estas son las fases principales del nuestro astro de la noche:
Luna nueva, como su nombre lo indica, da paso al inicio del ciclo lunar y es la parte donde nuestro satélite queda totalmente invisible, debido a que la Luna se encuentra en la misma posición en el cielo que el Sol, técnicamente es cuando nuestro satélite natural sale y se pone junto con el astro rey, se le puede conocer con el nombre de Luna invisible.
Luna creciente, se puede contemplar como una astilla iluminada, la cual se muestra de esa manera por estar iluminada la mitad de nuestro satélite, pero con la característica de que esa parte luminosa mira hacia el lado opuesto de la Tierra.
Cuarto creciente, donde se puede apreciar una Luna que se encuentra con sólo un cuarto de su circunferencia iluminada mostrándose a la Tierra.
Luna menguante, se comienza a hacer visible todo el lado diurno de nuestro satélite, tornándose más luminoso.
Luna llena o media Luna iluminada, siendo la parte donde se podrá alcanzar a distinguir la iluminación del Sol en todo el lado diurno de la Luna, siendo el punto medio de su ciclo, sólo resta su viaje de regreso con procesos similares.
Seguirá una fase en la Luna de forma menguante, donde parece que nuestro satélite se va encogiendo, pero en realidad es la forma en que la órbita de la Luna oculta este lado de nuestra perspectiva.
Cuarto menguante, es un proceso donde se puede observar sólo un cuarto de la Luna iluminado, también conocido como tercer cuarto de Luna.
Creciente menguante, donde la Luna está por concluir su ciclo y se aprecia como una curva iluminada donde el lado iluminado mira de frente al Sol, y con ello pasar a un nuevo ciclo.
Este bello ciclo lunar, el cual podemos asemejar a un baile cósmico entre la Tierra y la Luna, siendo contemplados por el Sol, tiene una injerencia notable en ciertos fenómenos terrestres, como las mareas. Esto ocasionado por el efecto de atracción gravitatoria que experimenta la Tierra conforme al Sol y la Luna, como bien lo explicó en su tiempo, Einstein. En dicho caso, los océanos y mares experimentan de forma visible dichos efectos de la atracción gravitatoria ejercida entre los cuerpos celestes, por lo que se presentan flujos continuos y discontinuos entre las aguas de los océanos y mares en la Tierra, que se nombran como marea alta y marea baja. Estos pueden ser fenómenos espectaculares, como el registrado en la Bahía de Fundy en Canadá.
Art. actualizado: Julio 2022; sobre el original de abril, 2010.
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