Significado de mantenimiento Definición, preventivo y correctivo, seguridad automotriz, y servicios públicos

Definición formal

El mantenimiento es el proceso o acto en pos de la conservación y buen funcionamiento de una cosa, clasificado como preventivo, para anticiparse al problema, y correctivo, para solucionar una falla detectada que puede tener un carácter urgente.

Todos alguna vez hemos tenido que recurrir a algún experto para solventar algún problema técnico sufrido con un electrodoméstico, vehículo, o algún objeto genérico. Sin importar cuán previsivo su creador pueda ser a la hora de fabricar un instrumento, estos eventualmente necesitan marcar consulta con el técnico. Se deben revisar los artículos con el objetivo de observar su estado en búsqueda de posibles problemas, que puedan impedir la correcta operatividad y/o que puedan, en última instancia, llevarlo al fin de su vida útil.

Tipos de mantenimiento: preventivo y correctivo

Existen principalmente dos categorías. La primera, a nivel preventivo, que se realiza en distintos bienes, ya sean estos muebles (como vehículos, mobiliarios del hogar, motores, electrodomésticos) o inmuebles (aires acondicionados, maquinaria industrial o infraestructura de casas, galpones o edificios) que permanecen mucho tiempo en funcionamiento, por lo que se hace necesario realizarles una serie de trabajos programados en periodos de tiempo determinados con el fin de evitar una avería, es decir, que se realiza ex ante.

En segunda instancia, como recurso correctivo, se realiza ex post, después de que la avería ocurre, ejemplos como cuando un motor colapsa, un equipo se rompe, una viga de la estructura comienza a ceder, etcétera. Se hace preciso recurrir obligatoria y forzadamente para que la cosa pueda operar nuevamente y se reanude de esta forma el ciclo productivo del bien correspondiente.

Mantenimiento de estructuras de salud públicas y privadas

Al ser de gran importancia para la sociedad, la infraestructura y los equipos de hospitales y centros de salud necesitan ser atendidos con especial cuidado, poniendo mucha atención a la necesidad de mantenimiento que estos ameriten. Para esto, y debido a la complejidad técnica que requieren los equipos médicos y sus instalaciones, hace falta acudir ante un ingeniero hospitalario como especialista en el área.

Los hospitales no escapan de la necesidad de mantenimiento, tanto preventivo como correctivo, por eso quienes se encargan de la administración de un hospital deben realizar, en conjunto con el ingeniero hospitalario, un plan de mantenimiento preventivo que cumpla el objetivo de mantener una infraestructura debidamente cuidada, que atienda los equipos médicos que van desde algunos sencillos, como las camas de hospitales, hasta los más complejos, como los tomógrafos de resonancia magnética nuclear, que por ser altamente especializados requieren de la programación de citas con técnicos instruidos para su especialísimo mantenimiento.

Como vimos, el fin del mantenimiento preventivo es alargar la vida útil de los bienes y evitar su avería, esto resulta fundamental en el caso de los hospitales pues su funcionamiento debe ser constante, ya que detener la operatividad de un hospital implica poner en riesgo la salud y muchas vidas humanas, de allí que establecer un eficaz plan de mantenimiento preventivo se convierte en algo esencial, primordialmente para la buena salud de toda una población.

Los hospitales privados no escapan del mantenimiento pero suelen lograr esto de manera verdaderamente exitosa, pues los ingresos de su actividad productiva permiten sufragar los costes del mantenimiento preventivo.

Por otro lado, los hospitales públicos dependen de un presupuesto que muchas veces no concuerde con la operatividad y producción de un hospital, y que, además, dependa de políticos que pueden o no designar el presupuesto adecuado para costear los gastos que implica el proceso de mantenimiento preventivo.

Cuando el presupuesto no es el suficiente, no se prevén las averías de los equipos hasta que estos por su uso terminan colapsando, ameritando entonces un mantenimiento correctivo que puede ser incluso más costoso que el preventivo que se pudo haber cumplido. Y si se viene trabajando con un presupuesto apretado, esto puede significar el cierre de un área de un hospital hasta el día en que la merced de los políticos envíe fondos especiales para su restauración.

A nivel automotriz: anteponer la seguridad

En el caso de nuestros vehículos, generalmente hemos oído que pasados cierta cantidad de kilómetros recorridos se deben hacer mantenimientos como cambio del aceite en el motor y reemplazar su filtro, balancear las llantas, revisar la presión de aire que estas tienen, y otras cosas más. De hecho, cuando realizamos las necesarias mediciones periódicas del nivel de aceite o de agua, estamos realizando un mantenimiento preventivo y cuando se trata de nuestro vehículo, que para muchos representa su principal medio de transporte y de trabajo, lo mejor es hacerlo a tiempo.

Al ejecutar este tipo de acciones lo que estamos previendo no es solo la avería del automóvil, sino que estamos preservando nuestra vida. Un nivel de presión de aire en los neumáticos que sea muy bajo o, incluso, excesivo, puede devenir en un accidente, por lo que es importante que tengamos el mantenimiento preventivo al día, y en el caso de que no podamos hacerlo por nuestros propios medios, es preciso acudir ante un experto mecánico.

El técnico que se abusa del consumidor por la falta de conocimientos

Acudir ante un experto puede resultar para algunos un dolor de cabeza, ya que muchas veces estos pueden aprovecharse del desconocimiento de los clientes y tomar ventaja aplicando excesivos precios o un mal servicio de mantenimiento.

Para evitar esto, se recomienda consultar con una persona de confianza que haya pasado por una situación similar, éste probablemente sabrá indicarte con quién ir y, sino, por lo menos ¡con quién no debes ir!

Compromiso de garantizar el correcto funcionamiento de los servicios esenciales para la sociedad

Colectivamente, dependemos para nuestros servicios más básicos de empresas privadas o públicas que se encargan de hacer llegar el agua a nuestros hogares, de surtir de energía el tejido eléctrico, de proveer el acceso al internet o al gas doméstico. Por ello, se debe pagar a tiempo las facturas a fin de poder exigir un correcto servicio y el mantenimiento adecuado de los servicios.

La mayoría de los países occidentales cuenta con leyes que regulan la correcta prestación de servicios básicos de consumo público (ya sea que lo preste las empresas privadas o el Estado), en ellas se suele encontrar la información necesaria de cómo proceder cuando consideramos que nuestros derechos están siendo vulnerados al pagar por un servicio (ya sea contratado o mediante impuestos) y por el cual no recibimos la contraprestación adecuada.

Algunos de los servicios básicos son vitales, como el agua o la electricidad, ya que de ésta última dependen las telecomunicaciones o el funcionamiento de equipos médicos, por mencionar algunos ejemplos.

Como podemos imaginar, el inadecuado o ausente mantenimiento de los equipos para la prestación de esos servicios provoca su parcial o completa desaparición, como ocurre en la actualidad en Venezuela con la mayoría de los servicios públicos, y la razón de ello proviene de la mala administración de las empresas (públicas o privadas) que lo gestionan o gestionaron en los últimos años.

En ese sentido, en un país donde las leyes se cumplan a cabalidad, las concesiones de esas empresas serían anuladas y se verían obligadas a sufragar los gastos por las molestias y daños ocasionados por la ineficiente prestación del servicio. Un buen mantenimiento preventivo y/o correctivo evitaría todo esto.

Otra caso sucedió en New Jersey en 2019, donde la gobernación y la alcaldía debieron proveer de agua embotellada a miles de personas de la ciudad de Newark porque el agua “potable” que llegaba a sus casas tenía una alta cantidad de plomo, sustancia perjudicial para la salud humana. Este problema se pudo haber evitado con un complejo pero preventivo plan de sustitución de todas las tuberías que distribuyen localmente el agua, y que por el degaste de las mismas ya desprenden el material del que están hechas una vez el líquido vital fluye dentro de ellas.

¿Qué sucede cuando los trabajadores que prestan el servicio público están en huelga?

En el caso de trabajadores que prestan servicios esenciales, al entrar en huelga, (independientemente de sus motivos) deben respetar la prestación de servicios mínimos que usualmente se encuentra establecida en sus normas laborales, pues de otra forma se corre el riesgo de un colapso en la sociedad. Solo imaginemos cuántas personas se verían afectadas si la electricidad deja de llegar a sus hogares y todos los trabajadores de la empresa que la gestiona están de paro, o el caos de salubridad e higiene que habría si todos los obreros que recogen la basura y mantienen la ciudad limpia dejan de hacer su labor diaria.

Cuando se producen huelgas en estos sectores, servicios básicos como los de emergencia en el caso de la salud, siguen funcionando y atendiendo casos urgentes pero, tal vez, dejando de atender cosas “menos importantes” como una consulta por un resfriado. De esta forma, se asegura el mantenimiento de la sociedad y se evitan profundos colapsos que puedan generar daños irreparables a la población.