Qué es Mea Culpa
La locución latina mea culpa significa literalmente «es mi culpa» y se utiliza normalmente cuando alguien reconoce un error propio o asume su responsabilidad en algún asunto. Se dice que alguien entona el mea culpa cuando admite que se ha equivocado.
Un ejercicio de autocrítica
Los seres humanos tenemos dificultades para reconocer nuestras equivocaciones. Con mucha frecuencia afirmamos que no somos culpables de lo que hemos hecho, sino que los demás son los responsables de nuestros fallos. Así, decimos que la pareja, los padres, los compañeros de trabajo, el entrenador o la sociedad son los culpables, pues nosotros somos «víctimas inocentes» que pagamos los errores ajenos. Es muy probable que este planteamiento sea un mecanismo de defensa para eludir la responsabilidad individual.
Sin embargo, en algunas ocasiones reconocemos el error con sinceridad y entonamos el mea culpa. Cuando lo hacemos estamos siendo autocríticos y sinceros y, paralelamente, estamos pidiendo perdón por el mal que hayamos podido causar a los demás.
Cuando alguien entona el mea culpa ante los demás está siendo valiente, pues lo fácil sería poner una excusa u otra que le libere de la culpa. Por lo tanto, sería un error interpretar el mea culpa como un acto de cobardía o de debilidad.
Es indudable que no siempre somos los únicos responsables de los fallos que cometemos, pero también es incuestionable que no resulta creíble que jamás seamos responsables de lo que nos ocurre.
El mea culpa y el propósito de enmienda
En la tradición católica hay una idea que tiene un cierto parecido con el concepto de mea culpa, el propósito de enmienda. Cuando un católico comete un pecado de cualquier naturaleza y se confiesa sobre el mismo, está reconociendo su error ante su confesor. No obstante, el reconocimiento no es suficiente, sino que debe ir acompañado del arrepentimiento sincero y del propósito de enmienda, que viene a decir lo siguiente: tengo la intención de no volver a pecar.
Otros latinismos de uso corriente
El mea culpa forma parte del lenguaje cotidiano. Son muchas las locuciones latinas que utilizamos en el día a día. En este sentido, cuando descalificamos unos argumentos atacando a quien los defiende se trata de un argumento ad hominem, cuando afirmamos algo sin examinar los hechos previamente hacemos un juicio a priori y cuando respondemos de forma impulsiva e inesperada decimos un ex abrupto.
Fotos: Fotolia – David Pereiras / kawin302
Trabajo publicado en: Ene., 2017.
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