Definición de Mediocre

Algo es considerado como una cosa mediocre cuando es normal, corriente y del montón. En otras palabras, lo mediocre no destaca en un conjunto de cosas similares, pues no es de las mejores cosas ni de las peores.

Lo mediocre es siempre una cuestión comparativa y solo puede entenderse dentro de unas circunstancias determinadas. Y lo mismo sucede con la mediocridad cuando nos referimos a personas. Veamos la dimensión relativa de la mediocridad con un sencillo ejemplo futbolístico: un delantero puede ser mediocre para jugar en el Real Madrid pero un gran jugador para formar parte de otro equipo.

Una cuestión relevante es la evolución del concepto que aquí analizamos, ya que no debemos olvidar que lo excepcional puede acabar siendo mediocre en muchos casos (en el mundo de la moda los iniciadores de un nuevo estilo son raros, pero al imponerse la nueva tendencia y generalizarse se transforma en algo normal y, por tanto, mediocre). Por otra parte, el uso de este término tiene un significado u otro en función del contexto, por lo que se puede utilizar como un insulto o como algo positivo.

Apología del hombre mediocre

El poeta romano Horacio acuñó un concepto que todavía empleamos, el áurea mediócritas, que viene a ser la satisfacción del hombre corriente o mediocre; que encuentra su felicidad de una manera sencilla y sin ningún tipo de pretensiones. Anteriormente, Aristóteles reflexionó sobre el mesotes o término medio, que es el camino virtuoso basado en evitar comportamientos extremos y, por lo tanto, es una defensa de la moderación, algo que conecta con la mediocridad. Siguiendo con referencias históricas, vale la pena recordar la alabanza de Jesucristo de los hombres humildes y los pobres de espíritu en el sermón de la Montaña. Estos ejemplos ponen de relieve que el ideal de hombre medio, corriente y mediocre ha sido defendido a lo largo de la historia. En este sentido, no hay que olvidar que el comunismo se dirigía a la gran masa de individuos, el proletariado, para que fueran los protagonistas de una revolución a través de la dictadura del proletariado.

Contra la mediocridad

Hay otras maneras de valorar lo mediocre. De hecho, la defensa del hombre corriente significa para algunos no entender que la humanidad ha evolucionado gracias al ingenio y al esfuerzo de los grandes hombres, personas excepcionales que rompieron moldes porque se alejaron de la vida mediocre.

Solo el individuo diferente, atípico y poco común es capaz de aportar algo distinto. Quienes han cambiado el rumbo de la historia han sido personajes como Jesucristo, Mahoma, Newton o Platón, individuos únicos que nada tienen que ver con el hombre gris y corriente.

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