Definición de Minería a Cielo Abierto
En países como México, Argentina, Bolivia, Chile o Australia se practica la minería a cielo abierto, denominada así porque los yacimientos se encuentran en la superficie de la tierra y no en su interior. Por lo tanto, el concepto de minería a cielo abierto debe entenderse en oposición a la minería subterránea.
La actividad minera a cielo abierto consiste en extraer minerales que son de gran utilidad para obtener todo tipo de materias primas, especialmente oro, plata, rodio y platino. Estos minerales son empleados en la elaboración de dispositivos electrónicos o para las reservas de oro de las instituciones bancarias.
¿Cómo se obtienen los minerales?
Para extraer los minerales el primer paso consiste en la fragmentación de las rocas por medio de un sistema de voladuras. Para realizar el proceso de voladura se emplea un explosivo con un agente oxidante (normalmente nitrato de amonio) y luego se lleva a cabo la detonación del terreno. Esta fase inicial se realiza con todo tipo de medidas de seguridad para minimizar el impacto sobre el medio ambiente y reducir los riesgos para los trabajadores. Para que el sistema de voladuras no afecte negativamente a la estabilidad de los terrenos cercanos a la mina se suelen emplear sismógrafos.
En la siguiente fase, las rocas son transportadas a unas plantas donde tiene lugar el proceso de trituración o molienda. La trituración se realiza en varias fases:
1) en la trituración primaria se emplean rocas de gran tamaño,
2) luego las rocas pasan a un circuito de trituración secundaria y terciaria y
3) el producto final resultante tiene un tamaño inferior a una pulgada.
Cuando las rocas ya están trituradas, hay dos opciones posibles: si la roca fragmentada es un óxido se transporta por camiones especializados y si la roca es un sulfuro es enviada a un molino donde el mineral se convierte en arena.
El impacto medioambiental de la minería a cielo abierto
Si bien las compañías de este sector tienen que cumplir estrictas normas que respeten el medio ambiente, esta modalidad minera genera un evidente impacto negativo. Por un lado, se emplean productos como el cianuro, el plomo o el ácido sulfúrico y esto afecta a la calidad del terreno y a las aguas subterráneas. Paralelamente, los ecosistemas cercanos a las minas se ven alterados y la flora y la fauna deja de regenerarse según los ciclos naturales.
Al margen de los efectos contaminantes, esta actividad tiene un impacto negativo sobre el turismo o en relación con las poblaciones indígenas próximas a estos yacimientos.
Fotos: Fotolia – Agnormark / Sergei Dvornikov
Trabajo publicado en: Mar., 2017.
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